OPINIÓN

El futuro es posible

por El Nacional El Nacional

Foto EFE

 

Es posible siempre y cuando haya un cambio político. Lo que Venezuela vive en la actualidad es pasado. Es pasado porque el tiempo de Maduro se acabó y el tiempo de Maduro fue un retroceso abismal, algo nunca visto en la historia democrática del país. A lo que hay que pasar página es al terror y la indolencia, a la corrupción y la incompetencia. A la sinrazón.

No hay que mirar muy lejos para soñar el país que nos merecemos. Nuestra propia experiencia democrática, a pesar de sus imperfecciones, y, aquí mismo en la región, solo hay que echar la mirada a Uruguay.

El domingo en la pequeña gran nación del sur del continente se realizó el debate presidencial establecido por ley  —primera diferencia entre los candidatos Álvaro Delgado y Yamandú Orsi que competirán el domingo 24 por la presidencia. El primero de centro derecha, defensor del gobierno en ejercicio; otro de izquierda, que propone un cambio que no sea radical, segunda diferencia.

Las encuestas favorecen levemente a Orsi, apoyado por el Frente Amplio, donde convergen disímiles grupos de izquierda, que  gobernó en Uruguay durante tres períodos consecutivos desde 2005 hasta 2020. El país no entró en crisis, ni se declaró en emergencia y el poder fue transferido en sana y envidiable paz. Álvaro Delgado es militante del Partido Nacional, los blancos, fundado hace 188 años. Fue secretario de gobierno del presidente Luis Lacalle Pou. Uruguay es hoy el país que más crece en nuestro ámbito y tiene, proporcionalmente, la clase media más grande.

El debate fue, sobre todo, un acto institucional de una democracia en funcionamiento. La presentación la hizo el presidente de la Corte Electoral, Wilfredo Penco, ante los candidatos presentes en el estudio y ante la audiencia que siguió la transmisión del Canal 5, la principal cadena de televisión pública de Uruguay. Hay que imaginarse solo por un instante al desaparecido Elvis Amoroso apareciendo en la pantalla de VTV para presentar el debate que nunca existió entre Edmundo González y Nicolás Maduro.

“La Ley 19.827 ーdijo Penco, con voz serenaー le asignó a la Corte Electoral la competencia de organizar este debate, con carácter obligatorio entre los candidatos a la presidencia de la República que deben comparecer a una segunda elección (el balotaje). Se realizaron consultas de acuerdo con la ley con la organización más representativa de los periodistas de los medios de comunicación, Asociación de la Prensa del Uruguay y al sistema de medios públicos. También fueron consultados los comandos de campaña de los candidatos presidenciales. La Corte Electoral ha procurado que el debate respete los principios de trato equitativo e imparcial, así como garantizar las efectivas exposiciones e intercambio de posiciones. De acuerdo también con la ley se dispuso la transmisión del debate en cadena de radio y televisión”.

Son palabras formales pero llenas de contenido. Algo tan aparentemente simple como respetar la institucionalidad que está por encima del gobierno, de los partidos y de las individualidades. De esta manera, Uruguay ha construido una democracia que ya quisiéramos para nosotros, en la que hay posiciones encontradas, como debe ser, que se debaten en un clima de apego y cuidado democrático. 

Por esas pequeñas cosas es que tenemos que seguir luchando, exigiendo y denunciando. El futuro es posible. Hace 40 años Uruguay dejó atrás una dictadura militar y enrumbó el país. Un país para todos. La gran diferencia.