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El fruto asaz del cielo

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Entre tanto que llega la hora, el tiempo señalado para enfrentarme a las letras, se cavilaba en el esplendor de los frutos y una imagen asaltaba la mente. Se trata de una mano con una enorme fruta de color vibrante y apariencia jugosa que es ofrecida en un entorno que luce celestial, brillante, lleno de luz, limpio y tan reluciente que el resto del cuerpo no se divisa con claridad. Cerraba mis ojos solo para humedecer el cristalino y vez tras vez era lo único que veía, me preguntaba qué significaba, y después de un par de días comprendí el mensaje.

El momento de las letras llegó, junto con el oportuno recuerdo de un pequeño fragmento que describe al Hijo de Dios como: “el iniciador y perfeccionador de nuestra fe” esta sola frase trajo a remembranza la imagen de aquel fruto, y entendí que El en sí mismo, simboliza el fruto del cielo, uno hermoso lleno de vitalidad que debe ser recibido y como cualquier alimento necesita entrar al sistema orgánico del cuerpo para ejercer su función nutritiva, no basta con recibirse en las manos, será necesario consumirlo, hacerlo parte de nosotros y esperar pacientemente el efecto nutracéutico que produce.

Ahora, la imagen en sí tiene una misión adicional, y es la de recordar lo accesible que está el fruto para iniciar un proceso de perfeccionamiento. No se requiere nada más, Él es suficiente y puede llevarnos tan lejos como sea necesario en ese y cualquier otro proceso de fe, su sacrificio fue asaz, su gobierno es total a la derecha del Padre, y su favor supera las intenciones de cualquier autoridad terrenal. Sin duda, Él convertirá un juicio en festejo y un juez en amigo; las zarzas encendidas serán catalizadores de milagros de elevación para evitar morir quemados, territorios de entierro serán abrevaderos de resurrección y lechos de postración resultarán como campos minados con acceso restringido.

Así, se hace presente el fruto del cielo que en una sola oración lo transforma todo, pero no basta solo extender los brazos para tomarlo entre las manos es necesario comer de Él, asegurándose de hacerlo parte del sistema.

@alelinssey20

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