OPINIÓN

El dilema de Guaidó: activar el TIAR o ir a elecciones con Maduro

por Esteban Oria Esteban Oria

Una gran decisión se avizora sobre el horizonte venezolano y la historia nuevamente ubica a Juan Guaidó en el centro de los hechos. Este venezolano tendrá nada menos que develar cuál será el papel de la generación política que le acompaña. No hay dudas de que su rol es trascendental en esta fase en la que, en honor de la verdad, hay que reconocer que se han puesto en ejecución prácticamente todas las acciones humanas posibles dentro del marco que le brinda la política nacional e internacional con el objetivo de ponerle fin a la dictadura de Nicolás Maduro.

El joven político ha conducido las acciones de la oposición logrando un posicionamiento único en el venezolano común de este tiempo, a tal punto que incluso en un escenario desalentador como el que tenemos, con todas las caídas y tropiezos, aún Guaidó mantiene la esperanza y recoge el apoyo de millones. Quizás eso es probablemente lo último que contiene al régimen degenerado de Maduro de cometer algún tipo de fechoría en contra de este ilustre venezolano.

Quiero ocupar este artículo para destacar las acciones de Guaidó que ya todos conocemos, empezando por el liderazgo que ha ejercido sobre la oposición y que la volcó en multitudinarias manifestaciones a la calle, para demostrar tanto a Maduro como al mundo que aún hay millones de venezolanos dispuestos a mostrar su rechazo al régimen. También, además de estas acciones de calle, están los intentos de socavar y quebrar el apoyo dentro del círculo militar que protege a Maduro, lo que indudablemente los ha llevado, tanto a él como a su familia, amigos y miembros de su partido político, a correr grandes riesgos y ser víctimas de persecución, tortura y cárcel. En fin, el muchacho le ha puesto corazón, ha mostrado coraje y sobre todo nervios de acero. Él y su esposa, hay que reconocerlo, han tenido actitud, pero también debemos sincerarnos.

Lamentablemente, no todas las actividades de Guaidó tuvieron ese final que queríamos, porque recuerdo que se convocó la marcha a Miraflores y esta nunca llegó a su destino; recordemos también el paso de la ayuda humanitaria sobre el puente Simón Bolívar en la frontera con Colombia, que tampoco se logró; o el alzamiento del 30 de abril, que quedó en otro intento pero nada más, y así sucesivamente ha transcurrido el tiempo y llegamos al último episodio de las alternativas de búsqueda de libertad con la Operación Gedeón, que terminó en fallida incursión armada con un saldo en muertes y arrestos.

Todos estos episodios, épicos y trágicos a la vez, están  llevando a la política venezolana al extremo donde el abismo de la realidad toca los sentidos dejándolos al descubierto como si se tratase de un juego de ajedrez con todas las jugadas cantadas y al final nos encontramos con Guaidó y Maduro, y solo 2 opciones.

Estas opciones son irreconciliables y ambas son políticamente factibles, aunque en su propia naturaleza intrínseca sean la negación de la política convencional según la óptica e intereses de quien la esté observando. Hablamos de una transversalidad de ideas con el fin de desplazar la crítica y que se pueda imponer la cruda verdad ante una audiencia, demostrando que es operacional y posible; poder puro y sin límites que irrespetará la crítica del débil y del anónimo con el fin de lograr la sobrevivencia, porque en los dos escenarios hay elementos válidos incuestionables que se soportan en los hechos históricos.

Luego de recorrer todo el mundo buscando alternativas, Guaidó finalmente tendrá que revisar detenidamente las dos opciones que le quedan: ir a elecciones parlamentarias con el señor Nicolás Maduro Moros o activar el TIAR. Ambas vías le ofrecen un conjunto de situaciones y alternativas, pero también muchos riesgos. A esto hay que agregarle que decidirá la mejor opción cargando sobre su conciencia con la esperanza de millones de venezolanos.

Veamos la primera opción, que es ir a  elecciones parlamentarias. Mucha gente en el exilio venezolano, por no decir 99%, se opone a esta alternativa. En relación con este punto, los invito a leer mi artículo sobre las 7 estrategias del fraude electoral de Maduro, en el que explico en detalle la estrategia general de la estafa electoral madurista. Yo, particularmente, creo que en este escenario electoral venidero la oposición pagará un altísimo costo debido al desgaste provocado por la ruta de eventos; probablemente perderá su mayoría parlamentaria y será mucho peor si no deciden con tiempo su participación electoral; sin embargo, ellos -la oposición- lograrán sobrevivir políticamente aunque tengan todo en contra.

El tema electoral ya está siendo activamente considerado en los principales partidos de la oposición, que saben que tienen los números o votos para participar en el evento madurista; y segundo, porque al mismo régimen de Maduro le conviene mantener y retener una oposición que le sirva de pretexto ante el mundo, así ellos dirán que en Venezuela funciona una democracia con división de poderes y todas las tonterías y falsedades que se inventan estos nuevos nazis. A fin de cuentas, esto suena razonable para la mayoría de los partidos políticos a los que no culpo como tampoco culparon a los socialdemócratas alemanes cuando entregaron el  parlamento Reichstag a los nazi, ya que habría que ponerse en el lugar de los venezolanos dentro del territorio venezolano, sabemos lo terrorífico y criminal que es el régimen de Maduro y es razonable que tengan que sopesar y evaluar sus opciones políticas antes que optar por una vial armada ya que no tienen formación militar y tampoco logística para ello.

Así que las elecciones con Maduro esperan de la decisión de Guaidó o en el peor de los casos de la decisión de los partidos políticos que están detrás de él, aunque también el presidente encargado Guaido en su condición tiene la opción unilateralmente de activar el TIAR  muy al estilo del botón nuclear, esta iniciativa esta aupada por millones de venezolanos y se percibe como el remedio para curar el mal de la dictadura venezolana, parece simple tanto como un enviar un SOS pero es mucho más compleja, a grosso modo este mecanismo depende fundamentalmente de la voluntad política de Estados Unidos, porque los europeos a través de su Cancillería han manifestado su rechazo a lo que ellos llaman una intervención militar. Pero no se están refiriendo a la intervención militar de los cubanos y rusos, sino que complaciente e hipócritamente se hacen la vista gorda sobre este hecho y sí atacan cualquier intento de liberación desde Estados Unidos.

De este modo, activar el TIAR depende fundamentalmente de que Estados Unidos escuche la petición y venga con su ejército a liberar a los venezolanos, que dada las actuales condiciones y con unas elecciones en puerta sería todo un desafío, aunque también abre al gobierno del presidente Trump una ventana de oportunidades de vencer a un enemigo implacable del pueblo norteamericano como lo es la dictadura de Maduro. Así que Guaidó tendrá este increíble reto de decidir sobre algo cuyas consecuencias dejarán una marca insoslayable en la historia no solo de Venezuela, sino del mundo.

No me queda más que desearle al joven presidente Guaidó que tenga buen juicio en su decisión. Buena suerte, querido hermano.

@estebanoria