OPINIÓN

Dictadura electoral, la guachafita que vino de Rusia

por Pancho Aguilarte Pancho Aguilarte

 

Cuando cayó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas del gran imperio Ruso a principio de los ochenta, muchos creyeron y no pensaron en que buscarían nuevos métodos y nuevas maneras de regresar.

Así que no se percataron de que se adaptarían a los cambios, sobrevivirían, actualizarían sus nuevas maneras, y ocultarían al mundo su verdadero rostro, pero conservando sus viejas mañas.

Lograron casi erradicar de su verbo y sus programas la palabra comunismo, más bien harían creer hasta donde les fuera posible su verdadera naturaleza y muchos le comprarían la idea de que se venían para el capitalismo, lo cual les permitió no solo sobrevivir sino engañar a Occidente e impulsar las nuevas relaciones con China y el mundo islámico.

Se concentraron entonces en una nueva estrategia para reacomodar todo sin que la idea original desapareciera, es decir, actualizaron su socialismo real bajo un nuevo esquema electoral, como le gusta al mundo y muy especialmente a los Estados Unidos de América.

Necesitaban para ese proyecto de Renacimiento Mundial figuras reconocidas y decididas, capaces de aplicar ese nuevo esquema, así que convencieron a Fidel, Chávez, Lula da Silva y estos se encargarían de su máxima difusión y de traer nuevos partidarios a esta estrategia ganadora y “democrática”.

Fue el inicio de Smartmatic y la nueva manera (electoral) de hacerse del poder y no soltarlo jamás. En eso trabajaron y siguen trabajando muy buenos abogados, economistas, profesionales de los medios y de la informática y por supuesto, ocultos tras las sombras parte de la élite que domina al mundo