Cuando se habla de pedir perdón por supuesto se habla, antes que nada, del sincero arrepentimiento por los daños causados con nuestras malas acciones u omisiones. Y si fuera posible, a partir de la reparación en algún grado, a la persona, o personas afectadas. A eso se podría considerar legítima intención de quien lo pide.
Al parecer, Maduro y su círculo de falsos adoradores usurpan también un poder del pueblo venezolano que nadie les otorga, para dirigirse en su nombre al “Supremo Autor del Universo”.
Este bravo pueblo no acepta perturbados simulacros de una fe inexistente en aquellos que llaman a esto la «Revolución del Socialismo del Siglo XXI». Pretender dirigirse a Dios en representación de una nación llena de fe y de esperanza en el cambio, y que más que decidida a ello lo está provocando, expresando y haciendo con su movilización, a pesar de todo intento de represión a María Corina y el movimiento popular libertario, por todos los rincones del país, sólo han logrado reafirmar que ya Venezuela está «hasta el final» con María Corina y con “Edmundo pa’ todo el mundo”.
Lo que se está produciendo ahora en Venezuela, cada día más y más, es la anunciación de lo que viene realmente para Venezuela: la superación de odios y agravios en los que antes produjeron división y separación de familias enteras. Los que provocaron la salida de millones de hijas e hijos, hermanas, hermanos, esposos, entrañables amigos, hermanos de la vida. Es la salida de Miraflores de toda esa mala vibración de malignidad y componenda criminal. Ella será auténtica sanción espiritual frente a los que inútilmente pretenden seguir azotando al cuerpo adolorido de nuestra Venezuela, como lo hicieron los represores contra el «Cuerpo de Cristo».
Aunque se vistan con atuendos extraños y se coloquen disfraces de corderos, aunque balbucean expresiones de bondad, el pueblo ya los reconoce fácilmente como lobos que nos acechan nuevamente con su maniobras para perpetrar sus fraudes y su acción depredadora. ¡Esta vez no podrán!
Con cada nueva estupidez que cometen, en su desespero de perder el poder no se percatan que ya lo han perdido. Y es que esto sí es, como en determinados estadios y tipos del cáncer: “IRREVERSIBLE” .
Por negarse a rectificar y prepararse a efectuar el tratamiento efectivo para su salida de Miraflores, mientras más se aferran al poder, más agravan su actual precaria situación y sus pecados cometidos.
De tan gravísimos daños son responsables, y que han impactado prácticamente a toda la familia-nación venezolana, su destino es sencillamente la aceptación del fin, y el huir antes de que sea demasiado tarde hacerlo frente a una multitud enardecida que no sabrá de razonamientos ni de reflexión de aplicación de leyes.
Ayer 21 de junio fue el día más largo del año. ¡Solsticio de verano! Nunca voy a olvidar que un día 21 de junio del año 2019 secuestraron a un hermano de la vida: Capitán Rafael Ramón Acosta Arévalo. Siempre seguiré cumpliendo años un 21 de junio, pero no olvidaré jamás el del 2019. Cumplí un año más en 21 de junio, y cumplo también en decirles que aprendí en el exilio, entre muchas otras cosas del que considero en otra cierta forma un Mandela cubano, de Roberto Martín Pérez, habiendo tenido el privilegio de su amistad durante los que sentí pocos pero invaluables enseñanzas de un “ex preso político plantado”. Durante 28 años de su encarcelamiento y resistencia ante la criminal represión castrista. Roberto me dijo: «no guardes rencores ni odios en tu corazón Luis, eso es un cáncer que iría contra ti mismo».
Hermanas y hermanos, cumpliendo de 21 de junio a 21 de junio no olvidaré jamás, y habrá justicia. Pertenecemos a la indetenible seguridad de la imparable transición que va abriéndose camino, día a día, al 22 de junio, al 23, a un 24 cuando murió Roberto acá en Miami, y así tan tan definitivo cambio como es el del signo Géminis que pasa al Cáncer, y del signo de los tiempos que pasarán de la esclavitud a la libertad de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Brindar siempre por la vida, que es, en definitiva, la encargada que ocurra lo que por seguro va a ocurrir, y que es seguir juntándonos en valores y principios a todos los ciudadanos del mundo que hemos sido afortunados al nacer y crecer en dignas familias en Venezuela, nuestra “tierra de gracia” nos acerca, día a día,
Del perdón y otras menudencias, que es como han demostrado concebir con sus actos recién escenificados en Miraflores, cual una opereta que se transforma en burla y perversión, y llevando al descenso a niveles de los más bajos conocidos de desprecio al valor de la espiritualidad y de las creencias religiosas de la abrumadora mayoría de nuestro pueblo venezolano, se condenan así mismos, y la nación los deplora.
¡No a la burla y la manipulación de la espiritualidad y de la religiosidad del pueblo de Venezuela y del mundo! ¡Avanzar!
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