Lo que sucedió el pasado 20 de mayo y que algunos llaman “elecciones” no ha resuelto ni resolverá los problemas más elementales del venezolano. Cada vez que hay un proceso electoral o que pretende serlo las promesas vienen y van, hasta aflora la llamada “autocrítica” en la que se promete “látigo y mano de hierro” contra la corrupción el burocratismo y la ineficiencia. Es un ciclo que nunca termina en el que el pueblo siempre es el más afectado.
Hoy no solo tenemos los mismos problemas sino que, para desdicha de todos, se profundizan día a día. Cuesta encontrar en la lógica respuestas para entender cómo alguien en las actuales condiciones pueda seguir creyendo en este modelo de destrucción. Conveniencia, miedo o fanatismo serían la única explicación, porque sindéresis y sentido común, eso no existe.
Los invito a hacer un ejercicio muy sencillo y para el cual solo necesita ir a Youtube. Busque las promesas que se hicieron en 2013, las que se han hecho consecutivamente en cada memoria y cuenta, las que se hicieron con motivo de la llamada asamblea constituyente, escúchelas y compárelas con las que ahora nuevamente se hacen; busque en realidad, no en la ficción, no en la terquedad de quien sintiéndose equivocado por orgullo o resentimiento prefiere no retractarse; busque resultados, haga balances, evalúe si su vida en los últimos años ha cambiado para bien o para peor.
Si estuviéramos ante una promesa más incumplida el asunto no sería tan grave, pero estamos frente a una crisis humanitaria sin precedentes que cobra vidas inocentes todos los días. Hay indolencia que pareciera a veces cruzar la línea del desprecio y el sadismo contra todo un pueblo que han intentado humillar, doblar y partir, aunque no lo han logrado.
Si no fuera por el espíritu de resiliencia de cada venezolano aquí el drama hubiese alcanzado niveles inimaginables, más atroces que los actuales. La reserva moral de una nación que se niega a morir, aunque algunos ya la den por muerta, es lo que permitirá la reconstrucción sobre las ruinas de un sistema que se hizo llamar socialismo.
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@Brianfincheltub