COLUMNISTA

Vehículos de movilidad personal: alternativa al transporte

por Boris Santos Gómez Úzqueda Boris Santos Gómez Úzqueda

Entre los mandatos del Banco Mundial están aquellos referidos a contar con un sistema de transporte más seguro, más ecológico, más eficiente y más accesible, por lo que resulta imprescindible transformar la movilidad en el mundo. 

Según proyecciones de las Naciones Unidas, para 2030 la población mundial superará los 8.500 millones de personas, que necesitan transportarse dentro de las ciudades, principalmente.

Adicionalmente un sistema de transporte con visión de futuro es aquel comprometido con lograr la meta del Acuerdo de París que consiste en reducir las emisiones relacionadas con el transporte del nivel actual de 7,7 gigatoneladas (Gt) de CO2 equivalente a entre 2 Gt y 3 Gt para 2050. 

Para ello se necesitarán inversiones y principalmente uso de transporte eléctrico (de transporte fósil a cero emisiones de carbono).

Para ello los Estados analizan el sistema de transporte masivo eléctrico, pero también de transporte personal. Estados Unidos y Europa tienen ya consolidado un sector de transporte personal.

En ciudades de América Latina está ingresando con fuerza el uso de scooters eléctricos, segways y otros vehículos de movilidad personal (VMP, foto), con alternativa real al transporte, por bajos costos, usando electricidad y renovable. 

Ciudades como México DF, Madrid o Santiago de Chile están -de lleno- usando VMP. Incluso tienen legislación municipal de avanzada que regula el uso de este medio de transporte.

Volviendo al Banco Mundial: indica que bicicletas (mecánicas y eléctricas) y scooters y otros VMP eléctricos forman parte de una “ola de avances en movilidad sostenible que vienen revolucionando distintas urbes del mundo”. 

Nuevos paradigmas impulsados por nuevas generaciones han afincado el uso de este tipo de transporte. Hay ya varias compañías privadas dedicadas al negocio del sharing (rentar y compartir) VMP e inclusive compañías que fabrican vehículos –fósiles y eléctricos– están apostando a diseñar y vender VMP.

En Latinoamérica la Ciudad de México es quizá la primera capital de gran tamaño y volumen de gente en tener una regulación especifica: tiene unos Lineamientos para la Operación de Sistemas de Transporte Individual Sustentable que básicamente es el marco principal que estipula reglas de uso de esos medios de transporte y el comportamiento de las compañías en esa nueva industria.

De igual forma, Buenos Aires recientemente aprobó en su legislatura local una norma que incorpora a las bicicletas y patinetes eléctricos a su código de tránsito. 

Quizá el más avanzado de los países es Chile, concretamente su capital Santiago que tiene una ley de tipo nacional que incorpora el uso y gestión de los VMP en la Ley de convivencia de modos, documento elaborado por la Comisión Nacional de Tránsito.

Hay, ciertamente, otras ciudades latinoamericanas que no cuentan con regulación específica. 

Por ejemplo, en el caso de este tipo de modalidad de transporte, toda América Latina, como un primer paso a su integración real en el ámbito normativo del transporte movido por renovables, podría tener una Regulación Única de VMP con el objetivo de regular la operación de estos servicios de transporte individual sustentable que en México se denominan SiTIS. 

La regulación, más allá de prohibir y poner obstáculos, señala un marco mínimo: por ejemplo, estos servicios requieren uso de data, a través de los móviles, de ahí es que la regulación debe garantizar, además, el anonimato por el cual se garantiza que los datos abiertos relativos a personas no contengan referencias o elementos que permitan relacionar la información con la identidad de las mismas, resguardando con ello la información confidencial 

Se prevén aspectos como prohibir utilización de tarifas que no sean comprensibles por el usuario (para el caso de vehículos de renta), que las compañías prestadoras de servicio tengan recursos humanos, materiales, muebles, inmuebles y financieros para realizar las actividades o procesos de operación y mantenimiento del servicio dentro del área de operación y que  las instalaciones y espacios cuenten con todos los elementos técnicos suficientes para atender las necesidades y la prestación del servicio. 

Este tipo de servicio de transporte está integrado a data y redes, por ello es que las compañías que prestan ese servicio cuentan con sistemas que les permiten no solo saber la ubicación de todas sus unidades de servicio en tiempo real, sino una adecuada operación, logística y gestión de la demanda, conociendo el estado del tráfico, del tiempo, la carga de electricidad de cada unidad y la ruta de las mismas. Es una pequeña muestra del funcionamiento del Big Data que integra una serie de elementos para la prestación del servicio.

En cuanto a lo técnico, cada unidad es de tipo eléctrico y alcanza, por razones de seguridad de circulación en las ciudades hasta 25 km/h, con su respectivo dispositivo para su geolocalización que permita conocer la ubicación de la unidad de servicio en tiempo real, con el propósito de permitir su uso, recuperación, reparación, así como recolección de datos.

Finalmente, el operador deberá contar con una póliza de seguro vigente expedida por una Institución debidamente autorizada para responder por los daños que con motivo de la prestación del servicio pudieran ocasionarse a los usuarios y terceros en su persona o patrimonio, con una cobertura mínima. 

Esta modalidad está ya instalada en el mundo y llegó para quedarse.