COLUMNISTA

Manos llenas de sangre antes del apagón

por Javier Vivas Santana Javier Vivas Santana

Lo ocurrido en la tarde de este 22 de julio de 2019, cuando se registró otro apagón nacional que dejó a casi toda Venezuela con un promedio superior a más de 12 horas sin luz en sus principales ciudades y pueblos, es otra muestra de que estamos viviendo un caos humanitario.

Ahora bien, esta nueva interrupción eléctrica tiene dos lecturas: una técnico–operativa y otra política que debemos analizar, máxime cuando el madurismo tiene previsto comenzar esta semana en Caracas el llamado “Foro” de Sao Paulo con tintes estrictamente de propaganda política, para lo cual ha traído a unos 500 panegíricos “internacionales” que solo han venido a quitar el presupuesto de alimentos y medicinas que deberían recibir nuestros niños y pacientes de los hospitales o espacios más afectados por la crisis económica y social.

En tal sentido, ante una primera lectura de este hecho, tenemos que preguntar: ¿Y qué es lo que está pasando en el sistema eléctrico? Asimismo, hay que conocer que en 2011 Corpoelec tuvo un máximo de exportación (transmisión eléctrica) de 13.000 MW, de los cuales aproximadamente 8.500 MW eran producidos por el Guri y el resto por plantas termogeneradoras en otras zonas del país. Lamentablemente, el sexenio madurista acabó por completo con el sistema eléctrico: la generación de Guri es de apenas 1.400 MW como consecuencia de la inoperatividad de 2 de sus 3 turbinas, mientras que las unidades generadores de Caruachi y Macagua, que exportaban 1.700 MW cada una, se encuentran en 1.200 MW de transmisión, lo cual suma 3.800 MW que pudieran llegar a unos 4.000 en determinadas circunstancias.

Asimismo, el Guri en casi una década ha perdido más de 50% de su capacidad generadora de electricidad, pero lo más grave es que las plantas termogeneradoras que complementaban la distribución de energía en el país apenas si llegan en la actualidad a 800 MW, y en el mejor de los casos, rozan los 1.000 MW, es decir, una pérdida de 80% de lo que generaban en 2011, o lo que es lo mismo, el madurismo las convirtió en chatarra.

Ante esta realidad, resulta evidente que el sistema eléctrico está agonizando y que en cualquier momento vendrá el colapso de manera total y sin posibilidad de recuperación. De hecho, Delcy Rodríguez sigue instalada en el Guri de manera permanente por órdenes de Nicolás Maduro, aunque en la praxis su presencia solo es simbólica, porque la verdad es que se necesitan 5.000 millones de dólares de manera inmediata –solo para correr la arruga– que por supuesto es un dinero que el régimen no tiene y que busca afanosamente con China o Rusia, pero estos por razones del desastre en la economía no están dispuestos a facilitar, lo cual se agrava con la crisis política y el hecho de que no existan acuerdos políticos con la oposición, aunque ellos sigan diciendo lo contrario, y esa es otra de las razones por las cuales están sentados ahora en Barbados.

La segunda lectura está en el orden político y es la que más nos llama la atención. El 21 de julio de 2019 Diosdado Cabello emitió unas infelices declaraciones contra Michelle Bachelet, a quien acusó de que cualquier cosa que ocurriera en Venezuela le dejaría “las manos llenas de sangre”. Al día siguiente, el 22 de julio, en horas de la mañana en el pueblo de San Félix, estado Bolívar, zona que ha sido tomada por las bandas del contrabando y la minería ilegal, incluidos guerrilleros colombianos del autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los llamados colectivos armados que actúan a todas sus anchas en ese lugar, y peor aún, sin que existan detenciones de tales criminales, fueron masacrados siete venezolanos, asesinatos sobre los cuales hasta el momento no ha habido ninguna comunicación oficial por parte del ministro de la Defensa, del “gobernador” de Bolívar y menos de la cúpula madurista.

Por consiguiente, es muy extraño que en este megaapagón, a pesar de haber sido en teoría más grave que los que se registraron anteriormente, la respuesta de suministro eléctrico, aunque con muchas deficiencias e inestabilidades, se haya logrado en menos de 24 horas –sin olvidar que estados como el Zulia o Apure siguen sin luz– y justo dos días antes del llamado “Foro” de Sao Paulo en Caracas.

La lógica pragmática se impuso ante la lógica política, cuando el apagón sustituyó por completo en todas las noticias de medios y portales el asesinato de inocentes personas sin causa alguna.

¡Claro! Los panegíricos maduristas saldrán a decir que en Estados Unidos asesinan niños en las escuelas para justificar estas muertes. Lo que nunca dirán es que en semejantes casos los culpables terminan por lo general siendo ejecutados por la policía, mientras que lo ocurrido en San Félix ni siquiera tiene antecedentes históricos.

Y en el medio de toda esta barbarie humana y de suministro eléctrico que vive el país, los maduristas –para seguir justificando lo injustificable– repiten el discurso de intromisión de las “ondas electromagnéticas” en el Guri, para decirnos que esa fue la “razón” de que haya fallado la luz en casi todo el país.

Además, como si fuera poco, Diosdado Cabello, como “presidente” de la bazofia política que controla, en vez de exigir que aparezcan los culpables del asesinato de venezolanos que estaban en una parada de autobús, prácticamente condena y ordena “investigar” como si fuera responsable de este hecho al ingeniero Winston Cabas, quien en los últimos años solo se ha dedicado a denunciar la situación de máxima destrucción que atraviesa todo el sistema eléctrico nacional. Supongo que en el documento final del “Foro” de Sao Paulo quedará registrado que tal ingeniero con un aparato de última tecnología elaborado por el imperio fue capaz de paralizar la energía eléctrica en 100% de Venezuela. ¡Pendejos!

En síntesis, una interrogante resume todo este escrito: Diosdado, ¿qué opinas? Un día después de la masacre con siete venezolanos ocurre un apagón nacional y se logra desviar el tema de los medios de comunicación social desde la violación de derechos humanos por el de sabotaje eléctrico. O sea, parecería que al madurismo y en especial a ti no les conviene que se hable de “las manos llenas de sangre”.