COLUMNISTA

Desquiciado (meditaciones)

por Alberto Jiménez Ure Alberto Jiménez Ure

«Soy esquizofrénico porque, desde mis días de infante, una entidad desconocida solía transmitirme mensajes que llevaría a todos los hombres de la Tierra: lo hice, y ahora están matándose»

«Lamento que Dios y el Diablo no existan porque estoy aburriéndome sin poder apostar que uno de ellos derrotará al otro».

«El hombre salvaje primero te derriba, luego te come vivo para finalmente matarte. El culto te engulle ya procesado».

«No importa que el mundo no muera contigo, lo hará con quienes hicieron fatuo esfuerzo por permanecer un tiempo más que igual breve en él».

«La educación funciona para mejorarnos solo hasta el instante cuando nuestro instinto salvaje irrumpe ayudándonos sobrevivir».

«El hombre primitivo evolucionó intelectualmente para controlar su salvajismo, del cual jamás podrá deslastrarse porque desaparecería como especie proclive enfrentar amenazas naturales».

«Procura vivir libre y próspero entre irracionales, pero apertréchate primero».

«En Venezuela la mayoría de los militares es cobarde, deleznable y asesina. Extermina, presurosa y con placer, a ciudadanos indefensos que protestan en las calles amparados por los Derechos Universales del Hombre. Bogo a favor de su desaparición en el territorio donde nací, porque son una plaga».

«Durante el tiempo que me resta de existencia, haré todo inhumanamente posible por vengarme de quienes han malogrado mi existencia: la de mis familiares, amigos y mi país durante muchos años».

«La lealtad entre militares-terroristas siempre será fijada por la oferta y demanda de próceres impresos imperiales dominantes en el sistema financiero internacional».

«Nada explica mejor al socialismo del siglo XXI que el desafío aventajado de matones con licencia, sin rostros reconocibles, que actúan a favor de quienes representan estados forajidos en naciones oprimidas y cuyas instituciones han sido desmanteladas».

«Permitir la participación de criminales en un gobierno transicional o elecciones libres, sobre las cuales se pretenda sean fiables dirigidas por corruptos, equivale honrar violadores expresándole al mundo que la impunidad carece de pertinencia cuando los devotos de la tolerancia intentan demostrar en tribunales que cualquier delito pudiera cometerse tras acuerdos entre victimarios y agraviados».