OPINIÓN

China y el Acuerdo de París

por Boris Santos Gómez Úzqueda Boris Santos Gómez Úzqueda

GETTY IMAGES

Debe ser difícil lidiar con el Partido Comunista Chino en las diversas facetas que tiene que ver con la marcha de nuestra sociedad.

Una de ellas es sobre la energía, concretamente, acuerdos que permitan abandonar el uso masivo de fósiles (carbón/petróleo) y permitir generar mejores condiciones ambientales para el globo.

China se comprometió a reducir su intensidad de carbono (sus emisiones por unidad de PIB) en 40% para 2020 en relación con los niveles de 2005; compromiso que hizo en 2009 antes de la cumbre climática de Copenhague.

Luego hizo un segundo compromiso en la Conferencia de Cambio Climático de ONU (COP21, París 2015) para reducir sus niveles de intensidad de emisiones en hasta 65% para 2030; el liderazgo del partido comunista se comprometió, ante el mundo, en 2020 para lograr un objetivo de neutralidad de carbono antes de 2060.

Obviamente, ante tantos anuncios siempre tuvimos que ser desconfiados, especialmente de un régimen que no es democrático, que no sabe lo que es la libertad para sus ciudadanos y que está en medio planeta depredando recursos a cambio de unas cuentas monedas en países del “tercer mundo”.

Hace unos días, está en todos los portales noticiosos del globo, el liderazgo comunista chino indicó que “su país establecería su propio camino en el tema y no se dejaría influenciar por factores externos” (según The Washington Post y Bloomberg). Estas nuevas posiciones son claramente atentatorias a sus propios compromisos en el marco del Acuerdo de París.

Estados Unidos es el único que hace esfuerzos serios y considerables en reducción de emisiones, a costa inclusive de poner en riesgo su industria de petróleo y gas. Y las últimas acciones diplomáticas de China demuestran que no es posible que en el mundo sólo algunos hagan esfuerzos y otros sigan en su afán totalitario depredador.

Bajo esta circunstancia ojalá que el proyecto de ley del parlamentario norteamericano Chip Roy (R., Texas) tenga buen puerto: dejar de financiar la costosa oficina del funcionario a cargo del cambio climático, John Kerry, en el Departamento de Estado. No tiene sentido gastar tanto dinero en un alto funcionario que, pese a sus esfuerzos, no logró persuadir a China y lo peor, está presionando más y más a la industria norteamericana para reducir emisiones, sin importarle que otras industrias en China seguirán de “fiesta”.

En octubre 2022 China indicó que seguiría generando electricidad vía carbón. China ha declarado repetidamente que no tiene intención de aceptar el impulso occidental hacia el cero neto.

El esfuerzo norteamericano es notable pero la dejadez e irresponsabilidad del Partido Comunista Chino no debe dejar pasar de largo. Si sólo Estados Unidos hiciera el esfuerzo de reducción de emisiones (hipotéticamente se deshiciera de todos los combustibles fósiles como quieren los ultra fundamentalistas de la izquierda verde) esto solo lograría que en 2100 (sí, en 2100) apenas bajaría dos décimas de un grado Celsius.

El liderazgo chino está esperando que la energía de las energías renovables reemplace la de las centrales eléctricas de carbón, antes no creo que mueva un dedo en reducir sus emisiones. Sin embargo la izquierda global quiere que todos dejemos los fósiles y nos obligan a políticas de uso de renovables que no son equilibradas.

Siempre afirmo: es posible una política de generación eléctrica renovable pero sin que signifique renunciar al petróleo o menos al gas natural. Debe haber gradualidad, compromiso de todos y más desarrollo de tecnologías.

Hay varios reportes adicionales que indican que China no cumplió con su promesa (de 2015) de financiar hasta 3,1 mil millones de dólares para establecer lo que llamó una cooperación climática «Sur-Sur».

El globo debe presionar a China para que a) cumpla su palabra establecida en los acuerdos de París; b) reducir más agresivamente el uso de carbón; c) cumplir compromisos de financiar investigaciones y tecnología de renovables; y d) principalmente abrir su política hacia la libertad y democracia porque sin esos elementos será imposible pensar en energía, en reducción de emisiones o en cuidado del medio ambiente.

@BorisSGomezU