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La abrumadora mayoría del pueblo quiere eso: caminos de vida nueva… No quiere el continuismo de una hegemonía marchita y por ello más dañina en su despotismo y depredación.
Vida nueva, en lo personal, familiar, comunitario y nacional. Vida nueva en lo político, económico y social.
Caminos que permitan que los millones de emigrantes puedan encontrar un futuro digno en su patria. Caminos que conduzcan al renacimiento de la democracia, al respeto de los derechos humanos, a las libertades propias de una nación soberana y a la justicia ejemplar para los responsables del asolamiento del país.
Caminos de vida nueva para el emprendimiento económico, el impulso de las inversiones, el rehacer de la dinámica productiva, el aprovechamiento efectivo del inmenso potencial de nuestros recursos.
Caminos de vida nueva para la justicia social en todas sus dimensiones de educación, salud, vivienda, servicios públicos, seguridad social. Sin la estafa de la demagogia y con la participación responsable de la sociedad civil.
Caminos de vida nueva es lo que la nación necesita para ir saliendo del foso donde se encuentra. Si hay una lucha que valga la pena es la lucha por abrir caminos de vida nueva.