violencia de género, Vox
Esta fotografía tomada el 12 de junio de 2023 en Madrid muestra un logo del partido español de extrema derecha Vox. Foto: Thomas COEX / AFP

La negación por parte del partido de extrema derecha Vox de la existencia de la violencia de género, tema de gran importancia en España, colocó en una posición incómoda a los conservadores del Partido Popular (PP), sus potenciales aliados tras las legislativas del 23 de julio.

«La violencia de género no existe, la violencia machista no existe», aseguró José María Llanos, dirigente de Vox en la Comunidad Valenciana, donde esta formación de extrema derecha acaba de cerrar un acuerdo de gobierno con el PP.

Las declaraciones no tardaron en generar un gran revuelo y el jefe de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, se apresuró a reaccionar afirmando que «la violencia de género existe», y reiteró que su partido no dará «ni un paso atrás en la lucha contra esta lacra».

El tema es extremadamente sensible en España, país considerado generalmente como una referencia en la lucha contra la violencia machista desde la adopción en 2004 -por unanimidad en el Congreso- de una ley pionera en Europa «de protección integral contra la violencia de género».

Para la politóloga Paloma Román, de la Universidad Complutense de Madrid, esta polémica perjudica a los conservadores.

Tercera fuerza política del país, Vox «es un socio que el PP necesita, pero al que quiere lejos» debido a sus posiciones ultraconservadoras, señala.

El PP, por tanto, está embarcado en una «misión imposible» desde hace días: «Torear el tema de la violencia de género hasta las elecciones legislativas del 23 de julio» porque, a pesar de sus buenos resultados en las elecciones municipales y regionales del 28 de mayo, «están ahora mismo andando, por ponerle una metáfora, como en unas brasas», para tratar de no caer en polémicas antes de los decisivos comicios.

Violencia de género

Esta polémica se ha convertido, sin embargo, en uno de los temas centrales de la carrera hacia las elecciones.

«Negar la violencia de género no puede ser más que retroceder. Esto es lo que nos estamos jugando el próximo 23-J», aseguró el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, que trata de movilizar al electorado de izquierda y centrista agitando la amenaza de una posible llegada al poder de Vox, a través de un acuerdo con el PP.

Aliarse con «quienes niegan la violencia de género y los derechos de las mujeres es un enorme paso atrás», agregó Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y candidata de la izquierda radical.

Vox, de su lado, sigue en su línea, y su jefe Santiago Abascal suele repetir que «el género es un concepto ideológico» que no reconocen.

El partido antifeminista, en plena «guerra cultural» contra las ideas «izquierdistas», ha conseguido ganar algunas batallas semánticas.

Tras las elecciones locales del 28 de mayo, se han multiplicado las coaliciones entre PP y Vox, lo que derivó en que en varias localidades se suprimieran las concejalías de Igualdad, o que se transformaran en departamentos encargados de la «Familia».

El acuerdo de gobierno PP-Vox en la Comunidad Valenciana, una de las regiones más pobladas y ricas del país, hace referencia a la lucha contra «la violencia intrafamiliar», que debe realizarse «garantizando la igualdad entre todas las víctimas», y evita los términos violencia machista o de género.

«Al precio que sea»

La polémica ganó tanta amplitud que el PP rechazó el martes aliarse con Vox para gobernar otra región, Extremadura, ya que su candidata María Guardiola afirmó que no podría suscribir ningún acuerdo con «aquellos que niegan la violencia machista».

Para Paloma Román, sin embargo, la postura de los conservadores en los últimos días revela una cierta «incoherencia».

«Lo único que está claro absolutamente es que el Partido Popular quiere gobernar al precio que sea», indica.

Según los sondeos, el PP debería vencer las legislativas del 23 de julio, pero necesitaría a Vox para alcanzar la una mayoría absoluta.

Desde la ley de 2004, la sociedad española «tenía asumido» que la violencia de género era un problema que hay que atacar, destaca Paloma Román, a quien le preocupa que, en caso de una posible alianza del PP con Vox a escala nacional, los conservadores «tengan que hacer concesiones graves que afecten a una situación que creíamos que ya teníamos superada».


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