El 18 de junio se conmemora el Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio, proclamado en 2021 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Este día, cuyo objetivo es promover el diálogo y la tolerancia interreligiosos e interculturales, pretende combatir el creciente problema del discurso de odio en todo el mundo.

Con motivo a esta conmemoración se llevó a cabo una actividad en el teatro de «La Casa de Vacas» del Parque del Retiro en Madrid, organizada por el Movimiento Contra la Intolerancia y el club UNESCO Getafe. Este evento reunió a diversas personalidades de distintos gremios para evaluar la situación actual del discurso de odio y discutir medidas para contrarrestar este fenómeno.

La jornada comenzó con una interpretación de la orquesta de Cámara de la Escuela de Música de Colmenar de Oreja, junto con su asociación musical y cultural, ofreciendo un preludio musical que marcó el inicio de una serie de reflexiones y diálogos profundos.

José Ramón Murillo Gómez, comisario honorario de la Policía Nacional, moderó el acto, presentando a los panelistas: Katerine Fernández de la Hoz, directora del Observatorio del Racismo y la Xenofobia (OVERAXE); Miguel Henrique Otero, presidente-editor del diario El Nacional de Venezuela; María Royo, coordinadora del Observatorio contra el Antisemitismo; y Esteban Ibarra, presidente de Movimiento Contra la Intolerancia.

Durante la mesa redonda, los participantes abordaron diversos temas relacionados con el discurso de odio. Analizaron la situación actual, destacando la proliferación del discurso de odio en diferentes regiones y plataformas. Discutieron el impacto social, señalando las consecuencias negativas en comunidades vulnerables.

Además, debatieron sobre medidas y estrategias para contrarrestar este fenómeno, incluyendo políticas públicas, acciones concretas, educación y legislación. También compartieron experiencias internacionales, mostrando buenas prácticas de diferentes países y organizaciones en la lucha contra el discurso de odio.

El moderador cedió la palabra a la doctora Fernández de la Hoz, quien de inmediato dio las gracias al Movimiento Contra la Intolerancia y expresó su gratitud por la oportunidad de compartir ese momento con los presentes. 

«Quisiera comentarles que OBERAXE se creó al amparo de la Ley de Extranjería, no sólo para gestionar las políticas migratorias en España, sino también con la intención de prevenir y luchar contra el racismo y la xenofobia que podían sufrir las personas inmigrantes que llegaban a nuestro país. Nuestro trabajo se basa fundamentalmente en la colaboración con otros actores, porque realmente somos un observatorio pequeño y si no trabajáramos con otras instituciones, con las organizaciones de la sociedad civil y con las universidades, podríamos hacer poca cosa. Hoy les voy a contar sobre nuestra experiencia con la monitorización del discurso de odio en línea y les daré algunos resultados de lo que estamos viendo, que concuerda un poco con las cosas que se han mencionado esta tarde aquí, y si da tiempo, algunas cosas que podemos hacer”, dijo Fernández de la Hoz.

La doctora sostuvo que OVERAXE se mantiene monitoreando el discurso de odio en línea desde el año 2020. “Cuando vimos durante la pandemia que la población asiática estaba sufriendo un incremento del discurso de odio. Ya estábamos participando anteriormente con la Comisión Europea, que firmó un código de conducta con las plataformas de Internet para monitorizar la retirada de los contenidos de odio que se les notificara. La Comisión Europea hacía todos los años un ejercicio para hacer esa monitorización durante cuatro o seis semanas, en el que participamos nosotros y Movimiento Contra la Intolerancia también ha participado en ese ejercicio”, explicó.

Indicó que se “buscaba el discurso de odio, se notificaba a las plataformas y luego se veía si lo retiraban a las 24 horas, a las 48 horas o a la semana, siguiendo esa misma metodología”.

“Nuestro objetivo con la monitorización es también poder apoyar las políticas públicas. Esa monitorización se ha basado en el código de conducta, en la normativa nacional e internacional, en el trabajo que se hace desde el Grupo de Alto Nivel de la Comisión Europea de discurso de odio y delitos de odio y en el protocolo para combatir el discurso de odio en línea, que trabajamos en un acuerdo interinstitucional en España con la participación de instituciones estatales y plataformas de organizaciones de la sociedad civil, incluyendo Movimiento Contra la Intolerancia, que ha tenido siempre un papel muy activo en este acuerdo”, añadió.

En ese sentido señaló que buscan discurso de odio, racismo, xenofobia, hispanofobia, antisemitismo y antigitano todos los días, monitorizando YouTube, Facebook, X (anteriormente Twitter), Instagram y TikTok.

“Esto nos permite elaborar un banco de palabras que sirve a los investigadores. Seguimos perfiles determinados de personas odiadoras y también revisamos las noticias que van ocurriendo, recogemos las que pueden constituir un delito y que violan las propias normas de las plataformas. La primera notificación que hacemos a la plataforma es como usuario normal, y volvemos a ver si retiran o no en 24 o 48 horas, y si no lo hacen, a la semana volvemos a notificar como Trusted Flagger, que es un usuario que las plataformas ya saben quién es y nos tienen identificados. Si hay un contenido que pensamos que puede ser constitutivo de delito, lo denunciamos a la Fiscalía. Normalmente, esos casos son complicados porque tienen que ser perfiles que estén lanzando discursos de odio en varias redes, de forma repetitiva, y que tengan una serie de seguidores, por lo que no es fácil conseguir que lo que encontramos en Internet se califique como delito penal”, puntualizó.

Agregó: “También contamos con una aplicación informática para hacer este trabajo y un manual de metodología para realizarlo. Normalmente, tenemos reuniones semanales para homogeneizar el trabajo de todos los monitorizadores y para descargar un poco la tensión que puede producir este trabajo. Cada dos meses elaboramos un boletín en el que se incluyen los resultados de la retirada de contenidos por parte de las plataformas y las características del discurso de odio que encontramos. Este boletín tiene varias utilidades: documentar la situación, ya que si queremos hacer políticas públicas o establecer nuevas medidas, hace falta documentar las cosas y que se sepa lo que está ocurriendo». finalizó.

La segunda persona en tomar la palabra fue el presidente editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, quien habló sobre el discurso de odio en Venezuela. Otero inició su intervención agradeciendo la invitación y destacando la labor de Esteban Ibarra, presidente del Movimiento Contra la Intolerancia. «Es un honor estar aquí compartiendo esta mesa con tan interesantes panelistas y agradeciendo la invitación a Esteban Ibarra, quien es un destacado activista español. Es una figura clave en la denuncia de delitos de odio y en la promoción de políticas públicas que protejan a las minorías y fomenten la convivencia pacífica», dijo Otero antes de comenzar a hablar sobre un tema crítico y urgente: el discurso de odio en Venezuela.

Otero empezó su discurso con una frase que resonó en la sala: «Las palabras pueden ser tan letales como las armas, y la historia nos ha enseñado que el odio, cuando se propaga sin control, puede llevar a atrocidades inimaginables». 

El presidente editor de El Nacional explicó que el discurso de odio no es simplemente insultos o palabras ofensivas, sino mensajes que buscan deshumanizar a individuos o grupos, fomentando divisiones y hostilidad en la sociedad.

Para ilustrar su punto, Otero hizo un recorrido histórico sobre el uso del discurso de odio para justificar atrocidades. 

«En la Edad Media, la propaganda antisemita incitaba a la violencia contra los judíos. Durante el siglo XX, la propaganda nazi deshumanizó a los judíos y otros grupos, preparando el terreno para el Holocausto«, explicó Otero.

Añadió que en la actualidad, lamentablemente, se siguen viendo ejemplos de líderes políticos que utilizan el discurso de odio para sembrar divisiones y hostilidad, en lugar de promover el diálogo y la unidad.

Al centrar su análisis en Venezuela, Otero denunció cómo el régimen de Maduro utiliza los medios de comunicación y las redes sociales para difamar, amenazar y sembrar odio contra cualquier persona que piense diferente. 

«En Venezuela, el régimen de Maduro utiliza los medios de comunicación y las redes sociales como herramientas para sembrar odio y división, transformando programas de televisión y radio en plataformas de desinformación y amenazas contra cualquiera que se atreva a pensar diferente», afirmó.

Miguel Henrique Otero subrayó las consecuencias devastadoras del discurso de odio en Venezuela, que ha llevado a una polarización extrema de la sociedad, dividiendo familias y comunidades por lealtades políticas.

También mencionó el ambiente de miedo constante, donde las personas temen expresarse libremente por temor  a represalias.

Continuando con su exposición, describió cómo el régimen ha instrumentalizado el discurso de odio para consolidar su poder y silenciar a la disidencia.

«Desde que llegó al poder, el régimen de Maduro ha trabajado incansablemente para silenciar al periodismo independiente. Ha cerrado numerosos medios de comunicación, encarcelado a periodistas y adquirido canales de televisión y estaciones de radio para controlar el flujo de información«, explicó.

Añadió que la dictadura ha eliminado la libertad de expresión mediante mecanismos como la censura previa, comprando medios, retaliaciones legales, intimidando a los periodistas y cercando a los medios en Venezuela.

El control de los medios de comunicación del Estado y aquellos cooptados por el gobierno sirve para difundir propaganda y atacar a la oposición. Otero señaló que las redes sociales también son un campo de batalla crucial, con el gobierno utilizando bots y cuentas falsas para difundir mensajes de odio y desinformación.

«Estas cuentas atacan a figuras de la oposición, activistas de derechos humanos y cualquier persona que critique al régimen. Este acoso digital no solo busca intimidar, sino también crear una narrativa de odio y división», puntualizó.

Otero concluyó su intervención dando ejemplos concretos sobre la campaña de odio instalada en Venezuela. Explicó cómo los opositores políticos son regularmente etiquetados como «traidores», «terroristas» y «agentes del imperialismo», y cómo estas etiquetas no solo buscan deslegitimar a la oposición, sino también incitar al odio y la violencia contra ellos. De igual manera, habló sobre las campañas de miedo y la deshumanización de la disidencia, resaltando cómo el régimen utiliza discursos y publicaciones para amenazar con represalias a aquellos que se atrevan a protestar o expresar opiniones disidentes.

El análisis de Otero dejó claro que el discurso de odio en Venezuela no solo es una herramienta de represión, sino también un mecanismo para perpetuar el poder del régimen, creando un ambiente de hostilidad y miedo que afecta profundamente a la sociedad venezolana.

Continuó en la mesa redonda María Royo, directora de Comunicación de la Federación de Comunidades Judías de España. En su intervención, Royo analizó el preocupante aumento del antisemitismo en España. Comenzó explicando que utilizan la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), considerándola la más actual y completa, ya que incluye no solo a personas judías sino también a Israel como un lugar de desarrollo y a personas relacionadas con la alianza internacional del recuerdo del Holocausto.

María Royo centró su exposición en el discurso de odio antisemita en España, mencionando que, aunque hay prejuicios y estereotipos, el antisemitismo ha persistido en el imaginario colectivo español a pesar de no haber habido una presencia significativa de judíos en el país durante siglos. 

«Si alguno de los presentes piensa en una persona judía, la primera imagen probablemente esté relacionada con el poder, el dinero, la conspiración, con cosas oscuras. Esto es un prejuicio que ha persistido a lo largo del tiempo», señaló.

Royo destacó que ahora sí hay una comunidad judía en España, vibrante y multicultural, formada por personas que vienen de diferentes partes del mundo pero que mantienen un fuerte sentimiento de pertenencia al pueblo judío. 

«El pueblo judío es un pueblo, no es solo una religión. De hecho, hay personas que son profundamente judías sin ser muy religiosas»,afirmó.

La directora de Comunicación también mencionó que el antisemitismo es un termómetro que mide la salud de las democracias. 

«Cuando un país tiene un alto nivel de antisemitismo, es una señal de que algo está funcionando mal y debemos prestarle atención», advirtió.

Tradicionalmente, el prejuicio antisemita en España ha tenido un corte más religioso, debido al choque histórico entre la religión católica predominante y la judía. Sin embargo, Royo señaló que persisten situaciones de discurso de odio en la actualidad.

El acto concluyó con la intervención de Esteban Ibarra, presidente del Movimiento Contra la Intolerancia y secretario general del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio. Encantado de estar presente, Ibarra expresó: «Es una oportunidad para encontrarnos y no quiero dejar pasar un saludo fraterno y cariñoso al presidente del Congreso de Bolivia, Hugo Carvajal Donoso, a Manuel Rodríguez, de la Coordinadora Iberoamericana del Racismo, el Antisemitismo y la Intolerancia CICRAN, también mis saludos a las referencias políticas cubanas, como Elena y Eugenia Gutiérrez y a otros compañeros aquí presentes. A mi amigo Jacob Israel, que fue el presidente de la Federación de Comunidades Judías y con quien firmamos en 2009 el Observatorio contra el Antisemitismo».

Ibarra recordó que “no ha habido en ninguna puntada sin hilo y casi lo que hay que felicitarse es colectivamente, porque lo que preveían se logró y ha sido útil en momentos difíciles”. 

Expresó su agradecimiento especial, además de a sus compañeras y amigos presentes, a la Coordinadora Iberoamericana contra el Racismo, el Antisemitismo y la Intolerancia, una iniciativa nutrida por mucha gente.

«Lo hablábamos ahora con compañeras de Latinoamérica, una confluencia porque es la misma lucha. No hay gran diferencia en la lucha por las libertades y derechos fundamentales que se plantean en Venezuela, las luchas en el ámbito del antisemitismo o contra la matanza de cristianos en Nigeria. Estamos en un mundo donde la polarización está desorbitada. La gente que me conoce sabe que yo empecé a luchar en el año 71, y cuando hablamos de discurso de odio, algunos lo acaban de descubrir. Pero la primera victoria jurídica del discurso de odio fue la sentencia de Violeta Friedman, que condicionó la existencia del Código Penal en el año 95, aprobado cuando Francisco Tomás y Valiente era presidente del Constitucional», recordó.

Ibarra destacó que esa sentencia fue una semilla que, junto con el dolor de las víctimas de grupos racistas y antisemitas, llevó al Código Penal del año 95, estableciendo las bases de lo que conocemos por «discurso de odio». Enfatizó que la incitación al odio y la violencia por motivos racistas, homófobos y otros, se recogieron inicialmente en nueve factores, y que ha avanzado hasta incluir 15 factores en 2015, incorporando nuevas formas de odio como la aporofobia y el antigitanismo.

Recordó que una de las personas que habló con el ministro de aquella época Juan Antonio Belloch  fue él mismo, junto con la Federación de Comunidades Judías y Movimiento Contra la Intolerancia, subrayando la importancia de la voluntad política en la ampliación y fortalecimiento de la legislación contra el discurso de odio. «Miguel Otero, como hemos comentado, también es víctima del discurso de odio», mencionó, haciendo referencia a las amenazas del diputado Diosdado Cabello.

Ibarra concluyó su intervención destacando que los sujetos activos del discurso de odio y los delitos de odio no necesariamente son personas o grupos, sino que pueden ser también el Estado, citando ejemplos de presos políticos en Cuba, Nicaragua y Venezuela y exigió a esos regímenes la necesidad de que los códigos penales de Latinoamérica tengan reflejada una ley contra el discurso de odio, también  denunció el Antisemitismo Global como un peligro en el mundo y para sus valores democráticos.

Con su intervención, Ibarra cerró un evento que subrayó la importancia de la acción conjunta y la cooperación en la lucha contra el discurso de odio y la promoción de una sociedad más inclusiva y respetuosa.

Es crucial que, como sociedad, tomemos conciencia del impacto de nuestras palabras y trabajemos activamente para promover el respeto, la comprensión y el diálogo. La definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA) nos proporciona un marco claro para identificar y combatir el odio en todas sus formas.

La lucha contra el discurso de odio requiere un esfuerzo conjunto de todos los sectores, incluidos los medios de comunicación, las plataformas digitales, los líderes políticos y la sociedad civil. Solo a través de un compromiso compartido con la justicia y la igualdad podremos construir un futuro más inclusivo y tolerante para todos.


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