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Una ley contra migrantes sospechosos de robo se perfila como la primera que Trump firmará

La iniciativa tiene buenas perspectivas en la Cámara Alta, donde 84 senadores, incluidos 31 demócratas, votaron la semana pasada a favor de avanzar con el plan
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El Senado de Estados Unidos, controlado por la mayoría republicana, se prepara esta sReoubliemana para aprobar, con el apoyo de algunos demócratas, el primer proyecto de ley de inmigración de Donald Trump en su segundo mandato. Según sus detractores, esta ley abriría la puerta a detenciones indiscriminadas de inmigrantes indocumentados.

El proyecto, conocido como la ley Laken Riley en honor a la universitaria asesinada en un campus de Georgia en febrero de 2024 por el venezolano José Ibarra, quien fue condenado a cadena perpetua, obligaría a las autoridades de inmigración a detener a indocumentados acusados, sospechosos o arrestados en casos de robo y delitos relacionados, sin necesidad de comprobar su culpabilidad.

El proyecto también garantizaría a los estados la posibilidad de demandar al Gobierno federal por una «amplísima gama» de medidas vinculadas a la inmigración, lo que dificultaría que el Ejecutivo pueda definir las políticas sobre este tema, independientemente del partido en el poder, según el National Immigration Law Center (NILC).

Se espera que el Senado comience a debatir el proyecto esta tarde, luego de que la Cámara de Representantes lo aprobara la semana pasada con el apoyo de todos los republicanos y 48 demócratas.

La iniciativa tiene buenas perspectivas en la Cámara Alta, donde 84 senadores, incluidos 31 demócratas, votaron la semana pasada a favor de avanzar con el plan.

El recién elegido senador por Arizona, Rubén Gallego, de origen mexicano y colombiano, es uno de los demócratas que ha expresado un fuerte apoyo a la legislación.

«Debemos darle a las fuerzas del orden los medios para tomar medidas cuando los inmigrantes ilegales violan la ley, para prevenir situaciones como la que le ocurrió a Laken Riley», declaró en un comunicado.

Gallego se sumó a la indignación causada por la muerte de la joven, que fue utilizada por Trump, quien asumirá la presidencia el próximo lunes, para hacer de la lucha contra la inmigración indocumentada su principal estrategia política en las elecciones y lograr la mayoría en el Congreso.

El senador John Fetterman, demócrata por Pensilvania, también respalda el proyecto, que calificó de «necesario».

Para Miguel Tinker Salas, analista político y profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Pomona, no es sorprendente que los demócratas hayan endurecido sus políticas migratorias.

«Esta es una victoria de los republicanos, que lograron arrastrar a los demócratas con su retórica de criminalizar a los inmigrantes y reforzar sus ideas sobre el privilegio blanco, la pérdida de la cultura americana, la seguridad y el empleo», afirmó el catedrático a EFE.

Pablo Alvarado, codirector de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON), está de acuerdo con Salas, señalando que los demócratas «se están rindiendo a diestra y siniestra» antes de la toma de posesión de Trump.

El activista espera que el Senado apruebe el proyecto en los próximos días para que el presidente Joe Biden pueda vetarlo antes de dejar la Casa Blanca. Sin embargo, es consciente de que los republicanos probablemente retrasarán su aprobación para presentar como victoria la primera ley que Trump firmaría tras asumir el poder.

Las organizaciones defensoras de los inmigrantes se han unido contra el proyecto, advirtiendo sobre el poder que otorgaría a funcionarios como el fiscal general de Texas, el republicano Ken Paxton, para perseguir a los indocumentados, independientemente de si realmente son criminales.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) asegura que la ley permitiría la discriminación racial al castigar delitos no violentos, además de generar un caos jurídico.

La Coalición de Inmigración de Nueva York destacó que la ley eliminaría el debido proceso para estas personas y permitiría la deportación de inmigrantes indocumentados «acusados de delitos no violentos» sin que hayan sido declarados culpables, incluso por hurtos en tiendas.

Estas organizaciones confían en demócratas como el senador Alex Padilla, de California, para bloquear la ley, que necesita 60 votos para ser aprobada.

Padilla expresó en una entrevista con NBC que se opone al proyecto tal como está redactado, ya que considera que no aborda la mejora de la política de inmigración y que las leyes actuales ya permiten la detención y deportación de inmigrantes que cometen delitos violentos.

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