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Trump quiere arrasar en Georgia, el estado donde pretenden encarcelarlo

por El Debate El Debate

Las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, previstas para noviembre de 2024, encierran una gran paradoja: en caso de que finalmente se presente, el expresidente Donald Trump podría lograr un apabullante triunfo en Georgia, el estado que pretende encarcelarlo.

El pasado 15 de agosto, un gran jurado de Georgia imputó a Trump por supuestamente haber tratado de manipular los resultados de las elecciones de este estado, donde el demócrata Joe Biden ganó por unos puñados de votos.

La fiscal al cargo de la investigación, Fani Willis, del Condado de Fulton, está dispuesta a ir hasta el fondo de la acusación y llevar a Trump a prisión.

Pese a la delicada situación judicial en que se encuentra, Trump, de quien nadie puede decir que se amilane ante los retos difíciles, está dispuesto a darle la vuelta a la tortilla y lograr que el caso judicial le dé el impulso que necesita para arrasar en el estado.

Eso sí, siempre que, finalmente, sea Trump el candidato republicano a la Casa Blanca. Los sondeos internos le dan como el gran favorito de los republicanos para asumir la candidatura, pero su cada vez más oscuro futuro judicial se lo está poniendo muy difícil.

Según publica The Times, el estado donde Trump perdió en 2020 por 11.779 votos, podría decidir las elecciones del año que viene.

Georgia, sin embargo, no es un estado fácil para Trump. La cúpula del Partido Republicano en el estado se negó a plegarse a las presiones de Trump que les exigía que «encontraran» votos republicanos, y aceptaron la derrota.

No así la congresista Marjorie Taylor Greene, una ferviente trumpista que defiende a capa y espada que las elecciones de 2020 se amañaron para privar a Trump de su reelección.

Cuestiones demográficas, migratorias y económicas han convertido a Georgia en los últimos años un estado angular para alcanzar la Casa Blanca.

Estos cambios demográficos, con un aumento de la población negra y de empleados de grandes empresas que se han instalado en el estado atraídas por su economía liberal, hace que, a priori, Trump tenga difícil ganar.

Sin embargo, el Partido Republicano cuenta en Georgia con una sólida base de fieles que, convenientemente movilizados, podrían inclinar la balanza del lado de Trump con una contundente victoria.