armas de fuego
Foto: Cortesía

Los 19 niños y 2 profesoras asesinados el martes por un joven de 18 años de edad en un colegio de Texas son las últimas víctimas por armas de fuego en Estados Unidos, donde 17.202 personas han fallecido por disparos desde el inicio de 2022.

Datos de Gun Violence Archive, que documenta la violencia con armas de fuego, señalaron que de esas 17.202 personas, 7.632 perdieron la vida en asesinatos, por disparos no intencionados o autodefensa, mientras que 9.570 se suicidaron con esta clase de armamento.

Desde comienzos de este año, se han producido 213 tiroteos masivos y 10 asesinatos en masa. Gun Violence Archive define como tiroteos masivos aquellos con 4 o más personas heridas o muertas por disparos sin contar al autor de estos.

La organización considera como asesinatos en masa los que tienen cuatro o más muertos y matiza que, a efectos estadísticos, estos los ve como un subgrupo de los tiroteos masivos.

Gun Violence Archive, que no muestra las estadísticas finales de 2021, señala que 2020 registró un total de 19.411 muertes por arma de fuego, sin contar los suicidios, pues todavía no dispone de los números completos, en comparación con 2014, cuando hubo 12.418 fallecimientos y 21.386 suicidios.

Esos datos muestran, además, un repunte de las muertes por armas de fuego en 2020, cuando comenzó la pandemia, en comparación con 2019, cuando hubo 15.448 si no se tienen en cuenta los suicidios.

Un informe del centro de estudios Pew, publicado en febrero pasado, con cifras referidas a 2020 -el último año del que hay registros- de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), indica que ese año un total de 45.222 personas perdieron la vida en Estados Unidos por heridas con armas de fuego.

Pew precisa que este número engloba asesinatos y suicidios con esa clase de armamento, además de muertes no intencionadas, aquellas ocasionadas por la acción de agentes del orden y otras cuyas circunstancias no se han podido esclarecer.

El laboratorio de ideas llamó la atención sobre el hecho de que, aunque pasan más desapercibidos, los suicidios supusieron la mayor parte de las muertes con armas de fuego en 2020, 54%, frente a los asesinatos, que fueron 43%, y otros tipos de muertes.

Respecto a su evolución, en 2020 se batió un récord de fallecimientos y supuso un incremento de 14% frente a 2019, de 25% en comparación con 2015 y de 43% respecto a 2010.

Pew destacó que los asesinatos con armas de fuego han registrado un fuerte aumento en los últimos años, con 19.384 en 2020, la mayor cifra desde 1968 y por encima del pico registrado en 1993, con 18.253.

El incremento de las víctimas mortales por este tipo de violencia en números absolutos también ha venido acompañado por el incremento de los datos per cápita: en 2020 hubo 13,6 muertes por cada 100.000 personas, la mayor tasa desde mediados de la década de 1990 y por debajo de las 16,3 por cada 100.000 personas de 1974.

En cuanto a su distribución geográfica, los estados del país que tuvieron un mayor índice de muertos en 2020 por armas de fuego fueron Misisipi (28,6 por cada 100.000 personas), Luisiana (26,3), Wyoming (25,9), Misuri (23,9) y Alabama (23,6).

Si se compara a Estados Unidos con otros países, la tasa de fallecidos por violencia con armas de fuego es superior, pero está lejos de algunas naciones latinoamericanas, de acuerdo con un estudio publicado en 2018 por el Instituto de Métricas Sanitarias y Evaluación de la Universidad de Washington (IHME, en inglés).

Ese análisis destaca que el índice de muertos por armas de fuego en 2016 en Estados Unidos fue de 10,6 por cada 100.000 personas, mayor que las tasas de países como Francia (2,7), Canadá (2,1), Australia (1,0), Alemania (0,9) y España (0,6), pero inferior a las de El Salvador (39,2), Venezuela (38,7), Guatemala (32,3) y Colombia (25,9).

EE.UU. ocupó el puesto vigésimo en la lista de 195 países elaborado por IHME.


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