Panamá
Foto: Cortesía

Las autoridades de Panamá exhumaron el lunes 14 de septiembre restos humanos encontrados en una fosa común ubicada en un área indígena donde presuntamente operaba una secta religiosa.

Esta es la segunda masacre de estas características ocurrida en Panamá en lo que va de año, informó la fiscalía.

La exhumación de restos óseos hallados dentro de una fosa clandestina se realizó en el sector próximo a la cabecera del río Chúcara, en la Comarca Ngäbe Buglé, a unos 350 km al oeste de Ciudad de Panamá, indicó el Ministerio Público.

Azael Tugrí, personero de la fiscalía en el distrito indígena de Ñürüm, en la Comarca Ngäbe Buglé, declaró a medios locales que por lo incipiente de las investigaciones en estos momentos no se puede determinar ni el sexo ni la cantidad de personas halladas en la sepultura.

El Servicio Nacional Aeronaval dijo en un comunicado que la fosa fue ubicada tras patrullajes terrestres y sobrevuelos durante un período continuo de 31 días, mientras que Tugrí relató que para llegar al lugar tuvieron que caminar 10 horas por un territorio montañoso de difícil acceso.

En fotos y un video distribuido por la fiscalía, se pueden ver varias personas con buzo blanco y mascarilla cavando tierra en una zona de alta vegetación. El canal local TVN-2 mostró lo que parecen ser restos óseos sobre una sábana blanca.

El Senan informó que las evidencias ya fueron enviadas a una base policial en Santiago de Veraguas, 250 kilómetros al suroeste de la capital panameña.

Una fuente de las investigaciones consultada por la AFP confirmó que el hallazgo se da siguiendo la misma investigación de una presunta secta desarticulada hace un mes y cuyo cabecilla fue detenido la semana pasada tras 24 días de búsqueda.

Esta versión fue ratificada por el Senan, que relacionó la tumba con los hechos de presunta violación y maltrato a menores de edad registrados el pasado 15 de agosto por este grupo religioso.

Las autoridades han realizado cinco detenciones por este caso y han rescatado a tres menores de edad que tienen 14 años, 10 años y tres meses de edad, según la fiscalía.

De confirmarse, este sería el segundo caso de una matanza realizada por una secta en lo que va de año en Panamá, tras el descubrimiento en enero de otra fosa común con siete personas: seis niños y una mujer embarazada.

Los cuerpos, ultimados en un ritual celebrado en el poblado de Altos del Terrón, también en la comunidad Ngäbe Buglé, fueron hallados amarrados y en avanzado estado de descomposición en una fosa común en un cementerio ubicado a una hora del lugar.

Sin embargo, se trataría de una secta diferente en cada caso.


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