Las familias de los rehenes israelíes sienten cada vez más rabia tras el secuestro de decenas de personas por el grupo islamista palestino Hamás y la ausencia total de información hasta este domingo sobre su suerte o un canal oficial de negociaciones.
Más de una semana después del ataque de Hamás, según el ejército, hay 126 rehenes, civiles y militares, israelíes o extranjeros, que fueron trasladados a territorio palestino, pero no se sabe si están vivos o muertos. Esa cifra, sin embargo, podría ascender a 150, incluyendo niños y recién nacidos.
Estas familias desesperadas ruegan a «cualquier persona, organización o país» que les ayuden a liberar a los suyos.
«Son civiles inocentes. Tienen derechos. Se debe presionar a Turquía, Egipto, para que la Cruz Roja pueda visitarlos», dijo el sábado en una rueda de prensa Yfrat Zailer, la tía de Kfir (de 9 meses) y Ariel (4 años) Bibes, secuestrados el 7 de octubre junto a su madre Shiri.
«Tenemos que traerlos con vida a casa. Fueron secuestrados vivos», reiteró ante las cámaras.
El ejército israelí, como respuesta al ataque de Hamás sin precedentes del 7 de octubre, bombardea masivamente la asediada Franja de Gaza, un exiguo y empobrecido enclave bajo control de la organización palestina. Estos bombardeos han causado más de 2.300 muertos, la mayoría civiles y de ellos al menos 700 niños.
Hallaron cádaveres de rehenes
Al menos cinco rehenes israelíes y cuatro extranjeros murieron en Gaza por bombardeos israelíes en estas últimas 24 horas. Y 22 desde el inicio de las represalias contra el enclave, según Hamás, que ha amenazado con ejecutarlos en caso de ataques contra civiles.
El ejército israelí, en una incursión en territorio palestino, localizó varios «cadáveres», indicó el sábado.
Por el momento, Israel no ha mencionado ningún canal de negociación y se limitó a designar un «referente» para las familias. Gal Hirsch, un general retirado empantanado en un caso de corrupción, fue el designado. Varios expertos criticaron este nombramiento.
«No negociamos con un enemigo que hemos prometido erradicar de la superficie de la tierra». Así declaró el sábado el consejero de seguridad nacional del gobierno israelí, Tzachi Hanegbi.
«Abandonar»
Para Ronen Tzur, un carismático comunicador que se ha visto propulsado como portavoz de las familias, «esto significa pura y simplemente que el gobierno israelí escogió como estrategia abandonar a los cautivos y los desaparecidos».
Familiares y amigos de los secuestrados se reunieron el sábado en un «Foro de familias de rehenes y desaparecidos». Esta es una organización creada para presionar al gobierno israelí y a la comunidad internacional para obtener su liberación.
En el local de esta organización, en el centro Tel Aviv, su creador, un empresario que prefiere no dar su nombre, hace todo tipo de cosas, desde llamar «a un consejero del Vaticano» a pedir pizzas para los voluntarios.
«El sábado pasado, cuando entendí lo que estaba pasando (con los rehenes) pensé que esta guerra, por una vez, no la libraría en uniforme sino abriendo mi agenda de contactos», explica este hombre de unos 50 años, también oficial de reserva.
El foro está en contacto con organizaciones internacionales como el Comité Internacional de la Cruz Roja.
«Hemos formado este equipo de una veintena de exdiplomáticos, pero detrás nuestro hay círculos que agrupan a todos los países del planeta. Estamos aquí para aportar nuestra experiencia, nuestras ideas, nuestros contratos al servicio de este magnífico proyecto de la sociedad civil para apoyar a las familias». Así lo explica a AFP el antiguo diplomático y embajador israelí en Francia, Daniel Shek.
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