Estados Unidos anunció el jueves una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a la captura y enjuiciamiento de Jesús Santrich e Iván Márquez, exlíderes de la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
A ambos se les acusa de participar en una conspiración corrupta de narcotráfico con funcionarios venezolanos de alto rango. Por Márquez ya habían ofrecido en el pasado 5 millones de dólares.
«La Administración para el Control de Drogas y nuestros socios están comprometidos a desmantelar organizaciones narcoterroristas como las FARC y los regímenes políticos corruptos que las apoyan, dijo Timothy Shea, jefe de la agencia antidrogas de la DEA.
Shea, además, agregó que Santrich y Márquez se asociaron con las élites venezolanas para financiar sus actividades de la venta de narcóticos.
Esta nueva decisión se ve tanto en Washington como en Bogotá desde dos dimensiones. Por una parte, se percibe como un apoyo de Trump al gobierno de Iván Duque, y por otra, como un nuevo apretón de tuercas al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
Para Gimena Sánchez, directora para los Andes de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, esta decisión forma parte de una estrategia de Estados Unidos para seguir ejerciendo presión sobre el régimen venezolano.
«No es sorprendente que saquen este anuncio porque ellos vienen apoyando al gobierno colombiano y hemos visto que en estos meses hay varios eventos que muestran que Colombia está pidiendo respaldo de Washington”, dice Sánchez a El Tiempo.
Ella se refiere específicamente a dos hechos de las últimas semanas: el envío de un grupo élite estadounidense a territorio colombiano que en teoría busca apoyar la lucha contra el narcotráfico en el país, y la inclusión de Cuba en la lista de países que no combaten al terrorismo por acoger a los líderes del Ejército de Liberación Nacional que estaban inmersos en un frustrado proceso de diálogo en La Habana.
Sobre esto último, el comisionado de Paz, Miguel Ceballos, dijo que era un espaldarazo de Estados Unidos a Colombia.
Y así lo expresó el Departamento de Estado en el comunicado en el que detalló esta millonaria recompensa:
«Estados Unidos valora la relación con Colombia, y continuaremos nuestro robusto intercambio de información y desarrollo de instituciones que son esenciales para desmantelar organizaciones transnacionales del crimen que operan en la región. También compartimos la preocupación con Colombia de que el régimen de Maduro en Venezuela está dando respaldo a grupos armados ilegales de Colombia”.
Por su parte, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo: «El pueblo colombiano merece un acuerdo de paz duradero con los exmiembros de las FARC que respetan el Estado de derecho y se comprometen a la reintegración pacífica en la sociedad».
Por esto es que la analista Sánchez considera que dentro de la estrategia de Trump está mostrar que están siendo duros en la pelea contra el narcotráfico. «Y esto juega bien con la postura del Gobierno de Estaos Unidos de aislar, sancionar y presionar lo más posible a Venezuela».
Por otro lado, no se puede dejar de relacionar estos anuncios con la noticia sobre la disminución más alta de los últimos siete años de cultivos de matas de coca en el país, durante el 2019.
El vínculo que Estados Unidos señala de Santrich y Márquez con funcionarios del régimen venezolano no es nuevo. De hecho, cuando Washington inculpó el 26 de marzo a Nicolás Maduro de narcoterrorismo y ofreció 15 millones de dólares por su cabeza, ese país incluyó a Santrich y a Márquez como colaboradores directos del régimen. En ese momento se ofreció la recompensa de 5 millones por Márquez.
Los dos exlíderes guerrilleros, quienes abandonaron el proceso de paz, tienen procesos abiertos en cortes de Estados Unidos. Santrich, en particular, se le escapó a la justicia colombiana cuando estaba de por medio una solicitud de extradición por delitos de narcotráfico.
Eso ocurrió luego de que Marlon Marín, un sobrino de Márquez, lo implicó en la venta de cocaína cuyo destino final eran las calles estadounidenses. De hecho, Marín está en Estados Unidos y se encuentra cooperando.
Márquez, por su parte, también tiene un proceso de narcotráfico. Ambos tienen circular roja de Interpol y se cree que Maduro les da refugio en Venezuela.
El dinero que ofreció Washington ayer se suma a los 3.000 millones de pesos colombianos que Duque ofreció en agosto por los miembros del grupo la Segunda Marquetalia, de Santrich y Márquez.