El duque de Sussex, Harry, hijo menor del rey Carlos III de Inglaterra, no podrá recurrir un dictamen del Tribunal Superior de Londres acerca de los dispositivos para su seguridad personal y la de su familia cuando se encuentran en el Reino Unido, indicó este lunes un portavoz judicial.
El hijo menor del rey Carlos III sufrió un contratiempo en la batalla legal que libra con la justicia británica acerca de su seguridad cuando viaja a su país natal al haber visto rechazada su solicitud inicial para apelar un fallo de esa corte.
El príncipe Harry, que reside en Estados Unidos con su esposa, Meghan, y sus dos hijos, demandó al Ministerio británico del Interior después de que en febrero de 2020 el llamado Comité Ejecutivo para la Protección de miembros de la realeza y figuras públicas (Ravec) determinara que ya no se le asignaría el mismo grado de protección financiada con fondos públicos cuando viajara a este país.
La decisión del Ravec se adoptó a raíz del cambio en el estatus del duque tras haberse retirado oficialmente como «miembro activo de la familia real británica a tiempo completo».
Un juez ya retirado, Peter Lane, rechazó en febrero el caso del príncipe y concluyó que el planteamiento del Ravec no era irracional ni injusto.
Tras ese dictamen, un portavoz de Harry adelantó que éste recurriría el veredicto y que confiaba en obtener justicia de la Corte de Apelaciones.
Sin embargo, un portavoz judicial confirmó este lunes a medios británicos que Harry ha perdido «su solicitud inicial para recurrir esa decisión», aunque todavía podría solicitar directamente ante el Tribunal de Apelaciones de este país que le autorice a presentar un recurso.
Harry mantiene que sus dos hijos, Archie y Lilibet, que comparte con su esposa, Meghan, no pueden sentirse en casa cuando estén en el Reino Unido si no es posible mantenerlos seguros en este país.
«El Reino Unido es fundamental para el bagaje de mis hijos y un lugar en el que quiero que se sientan en casa, al igual que donde viven ahora en Estados Unidos», indicó Harry, que cree que «esto no puede suceder si no es posible mantenerlos seguros cuando están en territorio británico».