Venezolanos residentes en ese país y en el exilio pidieron en una carta al juez federal Paul Crotty de Nueva York “todo el rigor de la ley” en la sentencia a los sobrinos de la pareja presidencial de esa nación, por conspirar para exportar y distribuir cocaína en Estados Unidos.
Efraín Antonio Campo Flores, de 31 años, y Francisco Flores de Freitas, de 32, sobrinos de la primera dama de Venezuela, la senadora Cilia Flores, fueron hallados culpables en noviembre del 2016 de conspirar para importar a EE UU, 800 kilos de cocaína y serán sentenciados por Crotty el próximo jueves.
La carta con más de 9.000 firmas, recolectadas a través de la página web Change.org, fue entregada hoy en el tribunal para el distrito sur en Manhattan, donde la fiscalía ha pedido no menos de 30 años y hasta cadena perpetua para los venezolanos.
En la carta los venezolanos, en su mayoría desde el exilio, expresan su confianza en el sistema judicial de EE UU y piden se imponga la condena con “toda la fuerza de la ley” como ocurrió con Fabio Porfirio Lobo, hijo del expresidente de Honduras Porfirio Lobo, sentenciado en ese mismo tribunal el pasado septiembre a 24 años de prisión por conspirar para importar y distribuir cocaína en este país.
“Vemos este caso (de Campo y Flores) con absoluta preocupación ya que miembros de nuestra familia, amigos y conocidos que residen en Venezuela son víctimas de la proliferación generalizada de grupos delictivos en el más alto nivel del Estado”, indica la carta.
Agregan que esperan que “una sentencia firme sirva para disuadir a otros, especialmente en posiciones de poder, de futuros delitos relacionados con drogas que perjudican a nuestros pueblos”.
Esta misiva surge luego de que el pasado 3 de diciembre familiares de Campo Flores enviaran también una carta a Crotty pidiendo clemencia para éste, a quien se refieren como “un hombre honesto, con principios familiares y valores morales” y piden que sea enviado a Venezuela con su familia.
La sentencia de Campo y Flores ha sido pospuesta en varias ocasiones y la defensa intentó sin éxito anular el juicio en que fueron hallados culpables, restando credibilidad a los principales testigos, que colaboraban con la DEA y que ahora están presos, también por tráfico de drogas.
Estaba previsto que la sentencia fuera impuesta por separado pero a pedido de la defensa, los primos escucharán su condena juntos, en la misma audiencia.