Los ciudadanos británicos que hayan dado positivo por covid-19 y que incumplan una orden de mantenerse aislados para evitar contagiar a otros se enfrentarán desde el próximo 28 de septiembre en Inglaterra a multas de hasta 10.000 libras, unos 10.690 euros.
Esa es la última directriz divulgada por el gobierno de Boris Johnson en un comunicado difundido este sábado. Esto como parte de las medidas para contener la propagación del virus ante el significativo aumento de casos diarios registrados en el país. Solamente sábado se comunicaron otros 4.422, la cifra más alta desde mayo.
Ese nuevo requisito legal se aplicará también a aquellos que, tras haber estado en contacto con personas infectadas, hayan sido localizados por el Servicio Público Sanitario mediante su sistema de detección y rastreo.
El gobierno conservador ha dispuesto asimismo que los ciudadanos que perciben menores ingresos y que se enfrenten a una pérdida de ganancias como resultado de tener que guardar una cuarentena podrán optar a una ayuda gubernamental de 500 libras, unos 531 euros.
Ante el incremento de contagios, Johnson consideró necesario el endurecimiento de las restricciones a fin de controlar la propagación del coronavirus.
Si bien en Inglaterra estas nuevas regulaciones entran en vigor desde el próximo día 28, el Ejecutivo de Londres negocia actualmente con los gobiernos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte sobre la posibilidad de extender la norma al conjunto del país.
La aplicación de multas a quienes quiebren las cuarentenas sigue a la advertencia hecha este sábado por el exasesor científico del gobiernoNeil Ferguson -crucial a la hora de diseñar el confinamiento nacional del pasado marzo-, que apremió al Ejecutivo a introducir más medidas mejor pronto que tarde para tratar de evitar una segunda ola del virus.
El gabinete de Johnson continúa estudiando si decretar restricciones sociales adicionales, como adelantar la hora de cierre en pubs y restaurantes a las 21.00 GMT o la prohibición de encuentros entre miembros de hogares diferentes.
Johnson admitió el pasado viernes que parece inevitable que una segunda ola del virus llegue al Reino Unido a raíz de cómo ha evolucionado la pandemia en otros países de Europa, como Francia o España.
«La mejor manera de combatir el virus es que todo el mundo siga las reglas y se autoaisle si hay un riesgo de que puedan transmitir el coronavirus», apuntó el premier.
«Aquellos que ignoren las reglas se enfrentarán a multas significativas. Tenemos que hacer todo lo que podamos para controlar la propagación del virus, impedir que los más vulnerables se infecten y proteger el NHS y salvar vidas», remarcó.
Las multas comenzarán en 1.000 libras, unos 1.066 euros. Sin embargo, podrán escalar hasta 10.000 libras y se podrían aplicar también a personas que impiden a otras cumplir con su cuarentena. Tal sería el caso de un empleador que exige a sus trabajadores acudir a su puesto de trabajo en violación de la norma.
El último anuncio llega días después de la introducción de la llamada «regla de las seis personas», que veta los encuentros de más de seis individuos.