Los motines policiales se extendieron este viernes a Sucre, la capital constitucional de Bolivia, después de que un primer grupo de policías se amotinara en la ciudad central de Cochabamba.
Al parecer, señalan reportes de medios bolivianos, en otras regiones como la andina de Potosí también puede haber sublevaciones en la Policía Boliviana. Aunque aún no existe un pronunciamiento oficial.
Un portavoz policial sin identificar comunicó en Sucre que unidades en la región se sumaban al motín que horas antes se había iniciado en Cochabamba.
Una multitud gritaba “policía, amigo, el pueblo está contigo”, en el exterior del cuartel donde los policías de amotinaban en Sucre.
Una sargento de la Policía Boliviana, Cecilia Calani, declaró a los medios en esa ciudad que el motín tiene por objetivo defender la ética como institución.
“A nosotros no pueden comprarnos, nuestra unidad no tiene precio”, dijo.
La oficial instó a los hermanos de las Fuerzas Armadas a no reprimir estos motines. Pidió al presidente de Bolivia, Evo Morales, que dialogue con la oposición y movimientos cívicos.
Repudio
Horas antes policías de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) en Cochabamba se subieron a la azotea de una comisaría de la ciudad cantando el himno nacional con banderas bolivianas.
Un delegado policial, con el rostro cubierto, salió al exterior para declarar su intención: “Hacer notar a toda la opinión pública, no es esto un grupo, es toda la guarnición de Cochabamba, estamos en repudio de este gobierno que no nos hace caso en 14 años”.
“No nos hace caso. Esto no es un pequeño grupo, es toda la guarnición policial, de momento eso les puedo informar. Muchas gracias”, agregó.
Los motines se producen en medio de la crisis política que atraviesa Bolivia desde las recientes elecciones. Hasta esta hora no hay un pronunciamiento del mando de la Policía ni del gobierno boliviano.
El presidente del país llamó en los últimos días a sus seguidores a defender el triunfo que le dio el órgano electoral en los comicios del 20 de octubre. Calificó de intento de golpe de Estado las denuncias de fraude desde la oposición y movimientos cívicos.
Los detractores del mandatario exigen la renuncia de Morales, la anulación de las elecciones y la convocatoria de una nueva cita con las urnas.
Al menos tres personas murieron en enfrentamientos entre afines y contrarios al presidente en disturbios desde el día después de los comicios. Además hubo 383 heridos según la Defensoría del Pueblo de Bolivia.
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