Un total de 1.041 ataúdes han llenado este martes uno de los escenarios más populares del centro de Roma, la famosa Plaza del Pueblo, para «despertar conciencias y considerar inaceptable» la elevada mortalidad laboral en Italia, denunció este martes la Unión Italiana del Trabajo (UIL), uno de los principales sindicatos del país.
«No son accidentes, son asesinatos”, señaló el secretario de la UIL, Pierpaolo Bombardieri, tras la manifestación que terminó con los ataúdes en el suelo en una iniciativa celebrada en coincidencia con el Día del Padre, «precisamente para conmemorar a esos padres, padres y madres, pero también a esas hijas e hijos, caídos en el trabajo».
El líder sindical destacó que esta marcha quiere «llamar la atención de todos sobre las vidas que hemos perdido, las vidas de personas que iban a trabajar, de personas que trataban de llevar su salario a casa para mantener una familia», e insistió en que es «inaceptable que el beneficio pueda justificar la pérdida de una vida humana».
«Pedimos medidas concretas y más fuertes» a la primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni, porque no es posible «resignarse a la idea absurda de que se trata de muertes inevitables», sino que es necesario «reforzar la prevención, invertir en seguridad, sancionar justamente a los infractores».
«No podemos perder tiempo en los debates, en la propaganda: hay que hacer cosas concretas de inmediato. Eliminar esta tragedia», añadió Bombardieri, antes de decir «en voz alta que el dinero no vale una vida humana y que hay que respetar la dignidad del trabajo».
Según los datos del Observatorio de Seguridad Laboral y Medio Ambiente Vega, las muertes en el trabajo en Italia el año pasado ascendieron a 1.041, con un aumento de los accidentes laborales de 1,1% respecto a 2022.
El sector de la construcción es en el que se produjeron más accidentes mortales (150), seguido del de transporte y almacenamiento (109), las actividades manufactureras (101) y el comercio (64), indicó el organismo.