El presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió este viernes ser implacable ante la violencia escolar, de actualidad esta semana en el país tras dos brutales agresiones sufridas por dos adolescentes, una en Montpellier y otra en las afueras de París.
En declaraciones a la prensa realizadas durante una visita a una escuela de París, Macron aseguró que los centros educativos deben seguir siendo un santuario frente a la violencia desinhibida de los adolescentes.
«Cada vez (los agresores) son más jóvenes», se alarmó el jefe de Estado, quien apuntó algunas causas de esa explosión de la violencia, entre las que citó la precariedad familiar, especialmente la que viven las madres que crían a sus hijos solas.
«Vamos a desarrollar un sistema de pre-alerta que servirá para que, cuando se identifique a un joven que empiece a ser violento, se le proponga a las familias un cambio de escuela o un internado» dijo.
El pasado 2 de abril, en un centro de secundaria de Montpellier, Samara, de 14 años, fue brutalmente agredida a puñetazos y patadas por, al menos, otros tres menores y cayó en estado de coma, del que salió poco después.
Según la madre de la agredida, la joven había sido atacada por «vestirse a la manera europea», es decir, sin las túnicas o los velos que usan las mujeres de credo musulmán.
La Fiscalía anunció este mismo viernes el arresto de tres menores implicados en la agresión.
Este jueves, fue brutalmente golpeado otro menor, Shamseddine, un adolescente de 15 años escolarizado en Viry-Châtillon, en la periferia sur de París. El joven está hospitalizado entre la vida y la muerte mientras las autoridades investigan el ataque.