MUNDO

Macri, el empresario liberal al que la crisis le juega una mala pasada en Argentina

por Avatar GDA | El Comercio | Perú

Hijo de la élite empresarial, el presidente Mauricio Macri ha sido el mayor defensor del liberalismo en Argentina y ahora, ante una esquiva reelección, pregona insistentemente la necesidad de resguardar la apertura económica y los valores de la república y la democracia.

Con el país sumido en una grave crisis económica desde 2018, la imagen de Macri ha caído en picada y ningún sondeo apuesta por su triunfo en las presidenciales de este domingo.

Pero, de carácter empecinado, el mandatario resalta que “la elección aún no ocurrió” y asegura que dará vuelta al resultado de las primarias de agosto, en las que el peronista de centro-izquierda Alberto Fernández arrasó con el 48% de los votos y se erigió como claro favorito a la presidencia.

Su triunfo hace cuatro años fue visto como un hito en este país en el que solo peronistas o radicales habían gobernado en democracia, y también marcó el comienzo de un giro a la derecha para los países sudamericanos, tras más de una década de gobiernos de izquierda.

Ahora, con la región en ebullición, Macri reconoce que sus medidas de austeridad fueron duras, pero afirma que lo peor ya pasó y pide a los electores una nueva oportunidad para “terminar la tarea, ahora que sentamos bases sólidas”.

La desventaja de la riqueza 

Ingeniero de 60 años, Macri nació en una familia acomodada. Estudió en las más prestigiosas escuelas y universidades, trabajó en la empresa familiar, una constructora, y siempre estuvo con mujeres hermosas reseñadas por la prensa rosa.

Por esa vida privilegiada, sus opositores le acusan de vivir fuera de la realidad y ser insensible a las dificultades económicas de los argentinos.

“A Macri lo marca su historia. Ser rico inevitablemente lo pone en un lugar. No quiere decir que gobierne para los ricos, pero en la Argentina del hambre es una desventaja porque hay cosas que solo puede ver si se las cuentan”, comentó Pablo Knopoff, de la encuestadora Isonomia y quien lo conoce personalmente.

“Macri no fue a un colegio público, ni se atendió nunca en la salud pública, ni se movió en transporte público. Es un político extraño, que a los 17 años no estaba pegando afiches en las calles”, explicó Knopoff.

Las conexiones familiares le facilitaron la buena relación con el presidente estadounidense, Donald Trump, a quien conocía de años atrás por los negocios en el sector de la construcción de su padre, Franco Macri, fundador del emporio.

También con Christine Lagarde, cuando estaba al frente del Fondo Monetario Internacional, tuvo una relación fluida, para molestia de muchos que en Argentina atribuyen a ese organismo gran parte de sus males.

Seguidores del candidato presidencial del partido «Juntos por el Cambio», Mauricio Macri, asisten a su mitin de campaña de clausura en Córdoba| AFP

Tecnócratas 

Para armar su equipo de gobierno, Macri se apoyó en un grupo de ex gerentes de grandes empresas y economistas liberales con los que se propuso abrir la economía argentina, hasta entonces una de las más proteccionistas en América Latina.

“Para Macri prima lo técnico por encima del ejercicio mundano de la política”, consideró Knopoff.

Estudió en el colegio Cardenal Newman de Buenos Aires, donde se forman las élites, y de entre sus compañeros de clase salieron varios de sus ministros. Luego se graduó en la Universidad Católica y se especializó en la de Columbia. Fue ejecutivo del Citibank y gerente del grupo de la construcción Macri.

Presidió el popular Boca Juniors entre 1995 y 2007, la etapa de más triunfos del club con 17 copas, entre ellas 11 internacionales.

Esa experiencia le sirvió de trampolín para la carrera política, que comenzó como alcalde de Buenos Aires, 2007-2015.

Mauricio Macri, que se postula para la reelección con la fiesta «Juntos Por el Cambio», recibe un beso de su esposa Juliana Awada en un mitin de campaña en Córdoba| AFP

La familia 

Su padre, que falleció este año, llegó a Argentina desde Italia a los 18 años y tres años después ya tenía su primera empresa constructora. Se casó con Alicia Blanco Villegas, perteneciente a una tradicional familia de Tandil, en la región pampeana, donde nació Mauricio, el mayor de los hijos, y donde tiene su casa de descanso.

En 1991 fue víctima de un secuestro que lo marcó durante mucho tiempo. Una banda de comisarios que había actuado en la dictadura lo encerró en un sótano dos semanas. La familia pagó seis millones de dólares por su rescate.

A raíz de ese episodio se psicoanalizó durante muchos años, según él mismo ha referido.

Macri tiene tres hijos adultos del primero de sus tres matrimonios. Actualmente está casado con Juliana Awada, una empresaria de la moda de 45 años, que le acompaña siempre en los actos políticos. Juntos tuvieron a Antonia, de ocho años.

Si pierde la presidencia se encontrará ante la disyuntiva de liderar a la oposición o retirarse a su vida privada.