Un Kia Picanto por 38.000 dólares, un Peugeot 4008 por 63.000 dólares o una Toyota Land Cruiser por 80.000 dólares, de segunda mano, figuran entre los nuevos precios, con descuento, de los automóviles que Cuba ofrece a la población.
Desde el próximo martes todo cubano que desee adquirir alguno de los 30 modelos de vehículos usados que oferta Cimex puede acudir a un único concesionario en el país, el cual se encuentra en el barrio habanero de Miramar.
La lista de precios
El organismo estatal publicó este viernes la lista de los automóviles de segunda mano a la venta, en la que el más barato es un MG 3 chino, cuyo precio es de 34.000 dólares, y el más caro, un microbús Maxus G10, por 90.000 dólares, pasando por los 40.000 dólares de un Renault Sandero y los 45.000 dólares de un Peugeot 301 automático.
La lista no especifica el año de fabricación, el kilometraje, el estado de los vehículos que se ofertan ni su procedencia, aunque se cree que fueron usados para el alquiler a turistas o dedicados a funciones diversas en otras empresas estatales.
Se exige pagarlos en moneda libremente convertible o MLC, es decir, euros, dólares u otra divisa. No se acepta ninguna de las dos monedas en circulación en el país: el CUP o peso cubano ni el CUC o peso convertible.
Esto va en línea con la estrategia del Estado cubano de recaudar divisas para tratar de aliviar su endémico déficit en la balanza de pagos, en un momento de crisis económica agudizada por el endurecimiento del embargo financiero y comercial de Estados Unidos en los últimos meses.
Precios desorbitados aun con descuento
Pese a que los importes de los automóviles publicados puedan parecer exagerados, en realidad incluyen un descuento del 10% en relación con el que, según Cimex, era su precio real, a cambio de pagarlos en divisas.
Los precios prohibitivos de los vehículos de segunda mano en Cuba están relacionados directamente con las restricciones en la compra de coches nuevos.
Hasta 2011 el gobierno no los ofertaba y desde 2013 los grava con un impuesto del 800%, por lo que el compacto más económico en este país puede costar más que un vehículo de lujo en cualquier mercado de Europa o las Américas.
Cuba no fabrica automóviles y ningún particular o empresa al margen del Estado está autorizado para importarlos, de ahí la distorsión de la oferta y la demanda que obliga a pagar cantidades desorbitadas por adquirir un medio de transporte privado en un país donde el salario medio de un trabajador estatal ronda los 45 dólares al mes.
En el mercado informal de segunda mano de Cuba los precios no son mucho mejores. En la página web de clasificados Revolico se oferta esta misma semana un Lada 2105 de 1988 por 28.000 dólares, un Hyundai Atos de 2007 por 40.000 dólares y un Audi S4 de 2010 por 120.000 dólares.