Un grupo de cuatro periodistas de países como Venezuela o Nicaragua advirtieron este lunes en la Organización de Estados Americanos (OEA) de los ataques a la prensa en sus países, que en su opinión recuerdan a los límites a la libertad de expresión que caracterizan a los regímenes dictatoriales.
Luz Mely Reyes, fundadora del medio Efecto Cocuyo, o Boris Muñoz, que fue editor de opinión en español del periódico The New York Times, hablaron sobre la situación que vive la profesión en Venezuela, donde muchos medios han tenido que cerrar en los últimos años por el acoso de las autoridades.
Los periodistas participaron en un foro sobre la situación de la prensa en las Américas organizado en la sede de la OEA en Washington.
Periodistas hablan sobre ataques a la prensa
Los dos estuvieron de acuerdo en señalar la importancia de mantener redacciones fuera del país para poder contar lo que sucede sin enfrentarse a la censura del gobierno. Aunque siempre colaborando con periodistas independientes sobre el terreno que puedan aportar una visión más directa de la realidad.
Por eso pidieron protección internacional para los reporteros que se ven forzados a salir de sus países. Asimismo, propusieron a instituciones como la OEA poner en marcha una especie de «ciudadanía periodística» que permita a comunicadores perseguidos acceder a asilo y recursos.
«Cualquier periodista que se ve obligado a salir de su país solo piensa en una cosa: cómo seguir haciendo periodismo», defendió Reyes durante su intervención.
Patrón común de las dictaduras
Algo parecido dijo la reportera cubana Mónica Baró, para quien ejercer la profesión es una cuestión de vocación.
Baró denunció lo que ve como ejemplos claros de regímenes totalitarios, en Cuba, Nicaragua y Venezuela. A su juicio estos actúan siguiendo un patrón común a las dictaduras desde los tiempos de la Unión Soviética.
En ese sentido, la periodista advirtió de cómo las autocracias siempre encuentran formas de ejercer violencia, como el acoso, que no causan tanta indignación internacional. Además, consiguen desmovilizar a la sociedad y contribuir a una sensación de hartazgo informativo.
Sin embargo, esto debería preocupar a los países de la región, pues, según Baró, ningún lugar está fuera del alcance del autoritarismo o la guerra. Sobre esto citó como ejemplo el apoyo de algunos gobiernos latinoamericanos, como el venezolano, a la invasión rusa de Ucrania.