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Exiliada en Colombia, Luisa Ortega continúa su lucha contra Maduro

por El Nacional El Nacional

Alta, rubia, con una sólida formación jurídica, fue elegida en el 2007 fiscal general de Venezuela. Simpatizante de Hugo Chávez, jamás llegó a imaginar entonces que su país iba a tomar el rumbo de una feroz dictadura cuando el despótico Nicolás Maduro asumió el poder.

Fiel como nadie a las leyes y la constitución democrática de su país, Luisa Ortega se opuso valerosamente a los atropellos del gobierno y a los crímenes cometidos contra la oposición. Maduro decidió entonces suspender de su cargo a la fiscal, comenzar su enjuiciamiento, congelar sus bienes, prohibirle salir del país e inhabilitarla para ejercer cargos públicos. Recta y valerosa, Luisa respondió a este ataque denunciando la existencia de un terrorismo de Estado en Venezuela. Nunca vaciló en arriesgar su vida para defender los principios en que fue formada. 

Esta postura la convirtió en la más destacada figura de su país, capaz de enfrentar a Maduro desde un llamado chavismo crítico, siendo esta la razón por la que la llaman traidora, y por la que actualmente su vida corre peligro.

Cuando a su marido, el diputado Germán Ferrer, le expidieron orden de captura, ella preparó de inmediato su fuga tanto por vía marítima, terrestre y aérea para finalmente llegar a Colombia. Desde entonces, en vez de permanecer oculta continuó su lucha denunciando los atropellos del régimen venezolano en Brasil, Estados Unidos y La Haya.

¿Cómo ha sido su trayectoria?

Yo nací en Valle de la Pascua en el estado Guárico, pero desde muy pequeña me llevaron a Maracay. Tenía solo ocho años de edad. Por eso me siento más identificada con Maracay que con el llano. Luego de graduarme de bachiller, estuve trabajando cuatro años en diversos oficios. Como los jóvenes de mi época, yo quería lograr algunas cosas; por ejemplo, comprarme un carro, y a los seis meses lo pude hacer. Después, sí, hice los trámites para buscar un cupo en la universidad. Había muchos paros en esa época, de modo que la carrera de Derecho, elegida por mí, me exigió seis años de estudio. Toda mi carrera estuve trabajando con abogados muy reconocidos en Maracay, como Óscar Bohórquez y Francesco Campanella. Con ellos aprendí mucho; sabía atender a la gente, redactar demandas, ir a los tribunales y presenciar juicios, etc. Apenas me gradué monté mi propia oficina.

¿Cómo fue elegida fiscal general de Venezuela?

Bueno, yo ingresé al Ministerio Público como fiscal investigadora. O sea, fiscal de proceso, como se llama al fiscal de más bajo rango. Después me ascendieron a fiscal nacional, luego fui directora de esta y finalmente entré a concurso para ser fiscal general de la nación. Por su puesto, tengo todas las credenciales, no solamente desde el punto de vista académico porque soy doctora en Derecho Constitucional, tengo seis posgrados, un magíster y tres diplomados. Esto quiere decir que en mi vida me he dedicado a estudiar. Por supuesto, gané el concurso. Tomé posesión del cargo de fiscal general de la nación el 3 de enero del 2008.

Usted era considerada una fiel chavista.

Yo era una mujer identificada con los principios del humanismo, de los derechos humanos, y esa fue la propuesta de Hugo Chávez cuando él se lanzó a la candidatura presidencial del 98. Era una propuesta de un hombre nacionalista que se fue desdibujando con el tiempo.

¿Por qué, años más tarde, el chavismo la califica de traidora?

​Porque mantenerse apegado a la Constitución, a la ley y justicia es para ellos una forma de conspirar.

¿Cómo fue su fuga de Venezuela?

​Yo podría decirle muchas cosas de cómo fue mi huida, pero no puedo darle detalles porque allí participaron amigos que todavía viven en Venezuela y por eso correrían peligro. Nosotros sabíamos que nos estaban siguiendo porque allanaron nuestra casa. A Germán, mi esposo, le expidieron orden de captura, lo calumniaron señalando que él había abierto una cuenta en un banco de Bahamas, el UBS. Pues bien, resulta que en Bahamas no existe tal banco. Nosotros entonces tuvimos que tomar la decisión de huir. Fue un proceso que duró tres días. Nos trasladamos por tierra, en barco, en avión; en suma, un recorrido muy delicado. Afortunadamente contamos con la colaboración de uno de los integrantes de la Fuerza Armada en Venezuela que es la Guardia Nacional. Su ayuda fue muy útil.

¿Es verdad que cuando usted era fiscal en ejercicio, el gobierno de Maduro la presionó para inculpar a Leopoldo López de crímenes ocurridos durante las protestas del 2014?

Sí, cuando ocurrió la muerte de cuarenta y tres venezolanos durante las protestas, alguien pretendió presionarme para que los fiscales le imputaran a Leopoldo López el delito de homicidio y de terrorismo, cuestión a la que me negué. Yo no podía inculparlo de tales hechos cuando ya habíamos identificado a los verdaderos homicidas. Algunos de ellos fueron muertos por el Sebín, o sea la policía política venezolana; a otros los habían matado sus mismos compañeros de los colectivos armados, que son las fuerzas irregulares del gobierno.

¿Qué diferencia advierte usted entre Chávez y Maduro?

La diferencia es abismal desde varios puntos de vista. Por ejemplo, Maduro maneja el país como un capataz de hacienda. Si hoy amaneció de buen humor, lanza un “cono monetario”, y en cambio mañana lanza un plan de seguridad sin planificación alguna. No actúa como un estadista, como un gerente, como hombre de Estado planificando las cosas de acuerdo al diagnóstico que arrojen las cifras. 

Una de las cosas que ha hecho Maduro es ocultar las cifras de todo, no solamente de los homicidios, que era una de las cosas en que yo insistía porque eso le permite a uno hacer un diagnóstico para atacar el problema. Maduro no tiene la capacidad de gerenciar. Además, es un hombre comprometido con la corrupción, con el narcotráfico, con la delincuencia organizada que ha saqueado el país. 

Indudablemente, muchos casos de corrupción comenzaron durante el gobierno de Chávez, pero también es cierto que Chávez era un hombre más preparado, preocupado tanto por la formación como por la educación. En cambio, Maduro lo que ha hecho es destruir la academia, las universidades, la investigación científica. Hay un caso de una finca que se encargaba de hacer inseminación artificial y estaba adelantando un estudio a lo largo de veinticinco años. Pues bien, Maduro y sus amigos expropiaron esa finca y se comieron los toros, acabando en un segundo con veinticinco años de investigación. 

No solamente persigue a la disidencia política sino también a la intelectualidad, al conocimiento, a la experiencia, a la investigación.

¿Usted denunció todo eso en La Haya?

Yo acudí a la Corte Penal Internacional en La Haya el año pasado, y este año fui nuevamente para ampliar la denuncia. Nosotros consignamos en La Haya mil seiscientos noventa y tres elementos probatorios que comprometen la responsabilidad de Nicolás Maduro y de cinco generales de su entorno en la violación de los derechos humanos. Tres de esos generales son actualmente el ministro de la Defensa, el ministro de Interior y el director de la Policía Política. 

¿Es verdad que usted denunció más de ocho mil asesinatos?

Son más de ocho mil setecientos. Hay ejecuciones a manos de los cuerpos de seguridad durante los años 2015, 2016 y la mitad del 2017. Tenemos pruebas de que muchos de estos venezolanos fueron ejecutados de rodillas o simulando enfrentamientos.

¿En qué va el proceso en La Haya? 

La fiscal de la Corte Penal inició lo que llaman el examen preliminar. Estamos esperando para ver qué va a ocurrir. De las tantas denuncias que se han presentado sobre Venezuela, es la primera vez que se abre este examen. No es que sea mucho, pero por lo menos representa un inicio de la investigación.

¿Cuáles han sido los mayores errores de Maduro que han llevado a la población venezolana a sufrir hambre y toda clase de penurias?

Toda su actuación es error tras error. Él no ha acertado en ninguna decisión porque las decisiones que adopta no corresponden a un estudio previo. No es un estadista y se rodea de los peores. No hay una selección de los más calificados para ocupar los cargos públicos, sino que elige a sus amigos, sin importar que nada sepan de la materia. Por ejemplo, un psicólogo en el Ministerio de Comunicación, un médico en el Ministerio de Agricultura o un sociólogo en el Ministerio de Alimentación son los más incapaces. Entonces, todo lo que ha hecho Maduro en materia de economía, de salud, de seguridad, de educación, de cultura, de industria petrolera es una ruina.

¿Qué razones tendría Chávez para nombrarlo como su sucesor?

Mire, eso lo sabrán ellos. A lo mejor también los cubanos lo saben.

A propósito, ¿qué papel ha jugado Cuba en Venezuela?

Cuba ha penetrado todas las instituciones en Venezuela. Cada vez que ocurre un evento trascendental en el país, Maduro se va para Cuba. También en las Fuerzas Armadas hay una profunda injerencia cubana, tienen controlado hasta los ascensos. En el Fuerte Tiuna crearon una urbanización exclusiva para oficiales cubanos. Todo esto provoca en los militares un descontento camuflado. La prueba es que hay más de trescientos oficiales privados de la libertad acusados de conspiración. Todos ellos tienen familia, esposas, hijos que viven la misma calamidad que soporta el pueblo. Hasta la seguridad personal de Maduro es cubana. Esto indica el nivel de control que tienen los cubanos en Venezuela.

¿Irán también está presente?

Irán tiene en Venezuela muchos convenios y contratos, muchos negocios en los cuales no hay afectos ni amistad, solo intereses. Por otra parte, hay serias denuncias a nivel internacional de la penetración de la delincuencia organizada y de grupos terroristas en Venezuela que no son ajenos a Irán. 

¿Qué peligro representa para Colombia el régimen de Maduro? 

El gobierno de Maduro representa un peligro no solo para Colombia sino para la región completa porque es un gobierno permisivo con el narcotráfico y con los grupos de delincuencia organizada. Yo estoy convencida de hay altos mandos militares incursos en el tema de la droga. Mis fiscales capturaron los teléfonos satelitales de una avioneta que cayó en Venezuela cargada con droga. En la información de los teléfonos estaban las coordenadas de pistas clandestinas. Estas coordenadas se las entregué al ministro de Defensa, pero nunca fueron tomadas en cuenta por el gobierno.

¿Qué posibilidades de cambio puede haber en Venezuela?

Para mí, tiene que darse la cohesión de todos los factores políticos, sociales, económicos y la sociedad entera en torno a derrocar a Maduro y a todo su gobierno. Pero Maduro, con la influencia de los cubanos, ha generado en la sociedad venezolana esa cultura de delatar al otro, de enfrentarse, de dividir, de crear odios, porque todo eso le es favorable. Al mismo tiempo crea grupos armados que se encargan de delatar a quienes son contrarios al gobierno y afectos a cualquier otra tendencia. La solidaridad propia de los venezolanos la acabó el chavismo y el madurismo. 

¿Qué pasó con lo de Odebrecht?

Por menos de lo que hizo Maduro, Kuczynski renunció, Lula y Ollanta Humala están privados de la libertad. Maduro pidió cincuenta millones de dólares y recibió treinta y cinco para su campaña a cambio de no hacer inspecciones en las obras, que por cierto nunca fueron realizadas. Aparte de eso, durante la campaña de Chávez, Maduro también había recibido dinero de Odebrecht. 

¿Cómo es su vida en el exilio?

El exilio es duro porque te desarraigas de tus afectos, de tu familia. Por cierto, nuestra familia está dispersa en Estados Unidos, en Hamburgo, en Argentina. No nos podemos comunicar con los amigos que quedan en Venezuela para protegerlos y para preservarlos, porque cualquier llamada nuestra o comunicación puede implicar que los priven de la libertad. 

Cuando el gobierno comenzó a atacarme, yo nombré un abogado, y a él lo pusieron preso. Lo tuvieron tres meses privado de la libertad, esposado al piso en un baño, para denigrarlo, para decirle ‘tú tuviste la osadía de defender a la fiscal, y ahora nosotros te vamos a humillar’. Como la frontera con Colombia es tan permeable, los cuerpos de seguridad de Venezuela están pendientes de uno. Pasan aquí con peligrosa facilidad. Este también es un exilio en donde nos persiguen.