formación de gobierno
El PSOE está pidiendo a los demás partidos generosidad y responsabilidad, para que se le deje gobernar, aunque sea en minoría. | Foto:

La victoria de los socialistas, pero con menos diputados, el hundimiento del centro liberal y el salto de la extrema derecha de Vox complican aún más la formación de un gobierno en España luego de las elecciones legislativas del domingo.

El Parlamento español surgido de las legislativas de este domingo se encuentra sumamente fragmentado, con 5 grandes partidos de ámbito nacional y un total de 16 formaciones.

Y sobre todo: ni el bloque de las derechas ni el de las izquierdas tiene la mayoría absoluta, fijada en 176 diputados en la Cámara Baja, que suma 350.

“Más difícil que en el pasado”

“Todos los partidos tienen un rival a su izquierda, y otro rival a su derecha y eso les bloquea sus opciones estratégicas”. Así opina Joan Botella, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona.

“Mi hipótesis es que va a ser prácticamente imposible la formación de un gobierno en España (…) Va a ser más difícil que en el pasado”, añade.

El Partido Socialista (PSOE) del presidente Pedro Sánchez logró una victoria agridulce, ya que consiguió 120 diputados. Sin embargo, perdió 3 con respecto a las legislativas de abril. En esos comicios también ganó sin mayoría absoluta.

El que había sido su socio preferente, la izquierda radical de Podemos, bajó de 42 a 35. El bloque de izquierdas lo completa una escisión de estos últimos, representada en el partido Más País que obtuvo 3 escaños.

La principal formación de oposición conservadora, el Partido Popular, subió hasta los 88 diputados. No obstante, a su derecha tiene un potente competidor: Vox, tercera fuerza política con 52 escaños, que logró el apoyo de 3,6 millones de electores, 1 millón más que en abril cuando había logrado 24 diputados.

Al mismo tiempo, el espacio de centro liberal representado por Ciudadanos se hundió y pasó de 57 escaños a 10.

De momento, y sin detallar aún sus planes, el PSOE está pidiendo a los demás partidos generosidad y responsabilidad para que se le deje gobernar, aunque sea en minoría.

“Pedimos un cambio de criterio para todos, de generosidad para los intereses de este país”. Así lo dijo este lunes la vicepresidente Carmen Calvo en la televisión pública.

Lucha entre PSOE y PP

Los socialistas están ya presionando al Partido Popular para que se abstenga en una futura votación de investidura y no bloquee a Sánchez.

De momento, los populares no han movido ficha. Al mismo tiempo reprochan a Sánchez que la repetición electoral no le ha servido para fortalecerse en escaños.

“Pedro Sánchez no sabe pactar y ahora ha perdido su referéndum personal”, afirmó el número dos del PP, Teodoro García-Egea.

Oriol Bartomeus, de la Universidad Autónoma de Barcelona, comenta: “El PP no tiene muchos incentivos para pactar con el Partido Socialista”.

Esto le abre el campo al PSOE para intentar pactar con los partidos a su izquierda, básicamente Podemos. También con el Partido Nacionalista Vasco y las formaciones independentistas catalanes.

En un escenario laborioso, pero no del todo descartable, Sánchez podría incluso prescindir de los partidos catalanes si lograra obtener los apoyos de Podemos, Más País, PNV, Ciudadanos y varios pequeños partidos regionales con los que podría llegar hasta la mayoría absoluta.

El factor catalán 

En la breve legislatura anterior, Pedro Sánchez y Podemos fracasaron en su intento de acordar un gobierno de coalición, lo que precipitó la repetición de este domingo.

El domingo en la noche Iglesias volvió a ofrecer al PSOE un gobierno de coalición, pero está por ver si los socialistas asumen el desafío.

A las rencillas entre PSOE y Podemos se suma otro condicionante que lo complica todo y es el factor catalán.

El pasado verano Esquerra Republicana de Catalunya, el partido que recibió más votos en la región este domingo, se ofreció a apoyar a los socialistas.

Pero desde entonces la situación se ha agriado en Cataluña, con la sentencia a pesadas penas de cárcel a nueve líderes separatistas, y los posteriores disturbios en las calles de Barcelona y otras ciudades de la región.

El diputado de ERC Gabriel Rufián le afeó este lunes a Sánchez el endurecimiento de su discurso contra los independentistas y le recordó que ahora está obligado a hablar. No obstante, tampoco se cerró en banda, al decir que Esquerra tiene también la responsabilidad de hablar con todos.


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