Iván Duque, presidente de Colombia, pidió este viernes defender la memoria del libertador Simón Bolívar «como republicano» y no para justificar proyectos autoritarios en América Latina, como dice que lo han hecho «muchos demagogos».
«Que la memoria del Libertador sea defendida en su verdadera expresión de republicano y de institucionalista, y no como la han tratado de manipular muchos demagogos en América Latina», expresó el mandatario al conmemorar los 237 años del natalicio del prócer.
Agregó que su memoria ha sido utilizada para «justificar proyectos autoritarios y deslegitimadores de las verdaderas causas y motivos de Simón Bolívar».
«Padre de la patria»
En ese sentido, el mandatario aseguró que hoy le rindió un homenaje al libertador, al «padre de la patria, a nuestro formador y a quien supo siempre entregar su vida por los demás».
Por ello habló sobre los detalles de la vida de Bolívar, entre ellos de su orfandad temprana y de su formación.
Durante el acto, Iván Duque exhibió la espada del Libertador, que estaba bajo custodia en una bóveda de seguridad y ahora reposa sobre una base de madera.
«Aquí en la casa de todos los colombianos estaremos compartiendo la espada del Libertador, para que su memoria no esté encerrada en una bóveda, sino que pueda ser apreciada por la ciudadanía», puntualizó el jefe de Estado.
Entretanto, el chavismo y la oposición olvidaron este viernes de manera temporal la severa crisis que atraviesa el país, por la que se responsabilizan mutuamente, para recordar al prócer.
«Conmemoramos 237 años del natalicio del padre libertador, Simón Bolívar. Gigante que encarnó los valores espirituales y morales de nuestra venezolanidad, y que hoy estamos llamados a profundizar», dijo en Twitter Nicolás Maduro.
«Luchar hasta vencer»
La oposición llamó a seguir el ejemplo de «luchar hasta vencer» que los historiadores venezolanos trasladan a Bolívar.
Simón Bolívar nació en Caracas el 24 de julio de 1783 y murió a los 47 años de edad en Santa Marta por causas naturales.
Los restos del Libertador de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, permanecieron en Santa Marta hasta 1842, cuando los llevaron a Caracas.