Controlar el consumo de agua y la basura de los vecinos o instalar bloques de hormigón en los accesos son algunas de las medidas implantadas en localidades vacacionales de España para evitar la llegada de forasteros a sus segundas residencias esta Semana Santa y que se expanda el coronavirus.
En otras circunstancias esta época está marcada por un gran movimiento de personas hacia zonas turísticas para descansar o participar en celebraciones religiosas.
Sin embargo, este año el estado de alarma por la pandemia del coronavirus covid-19, que implica medidas de confinamiento de gran parte de los 47 millones de españoles y numerosas restricciones de movilidad, obligarán a muchas personas a quedarse en sus casas.
El éxodo a playas y pueblos por parte de gente procedente de las grandes ciudades fue un comportamiento especialmente reprobado al comienzo de la expansión del coronavirus en España.
Ahora se teme que vuelva a suceder debido a que en estos últimos días se observó una cierta relajación en el cumplimiento de las medidas de restricción de desplazamientos.
Por esta razón, las autoridades siguen apelando a la responsabilidad ciudadana en vísperas del Jueves Santo.
Controles de tránsito, de consumo de agua y basura
Además, habrá más controles policiales en las carreteras para evitar los desplazamientos innecesarios. «Estamos reforzando los controles con carácter permanente desde el lunes pasado», confirmó este miércoles en rueda de prensa el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, general José Manuel Santiago.
Algunos municipios pidieron al gobierno que intensifique la vigilancia, y otros implementaron sus propias medidas para cerrarse ante los visitantes.
Pueblos de Cataluña (noreste) y la Comunidad Valenciana (este) decidieron instalar barreras de hormigón en algunos de sus accesos como medida adicional a las habituales.
En Murcia (sureste), el alcalde de una localidad costera advirtió este miércoles que, además de los controles en las carreteras, se realizarían otros métodos para saber si se están ocupando segundas residencias o principales urbanizaciones turísticas, como la inspección del consumo de agua o la recolección de basura.
«No se trata de estigmatizar a nadie», sino de proteger la salud pública, declaró José Miguel Luengo, alcalde de San Javier (Murcia).
Asimismo, en varias localidades de Andalucía (sur) solo se dejó abierto uno de los accesos a la ciudad con un control de tráfico. Otros municipios advierten de que cuentan con sistemas de videovigilancia en todas las entradas.
Las fuerzas policiales de algunas poblaciones también emplearán drones como medida de refuerzo. A su vez, recuerdan a la población que incumplir las normas tiene «serias consecuencias» e incluso repercusiones penales en situaciones graves, y avisan que los agentes serán «contundentes».
Las fuerzas de seguridad de España elogian cada día la disciplina de la gran mayoría de la población, pero no ocultan que sigue habiendo «irresponsables» que pueden contribuir a la propagación del virus.
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