viacrucis Nicaragua
FOTO: EFE. EFE/ Jeffrey Arguedas

La Iglesia católica de Costa Rica celebró el sábado un viacrucis por los migrantes, principalmente los nicaragüenses, por la liberación de los presos políticos de Nicaragua a la vez que oró por la paz y por los sacerdotes perseguidos en ese país centroamericano.

El viacrucis, al que acudieron decenas de migrantes nicaragüenses portando, en algunos casos, la bandera de Nicaragua y fotografías de los presos políticos, salió de la parroquia San Isidro Labrador, del cantón Vázquez de Coronado, provincia de San José, Costa Rica, según constató EFE.

El viacrucis fue encabezado por el sacerdote Edgard Gamboa, vicario de la parroquia San Isidro Labrador; y los sacerdotes nicaragüenses desnacionalizados Uriel Vallejos y Harvin Padilla, que ahora residen y sirven en Costa Rica.

También por el padre dominico español Rafael Aragón, nacionalizado nicaragüense, y desde hace cinco meses en Costa Rica tras negársele hace dos años la entrada a Nicaragua.

El sacerdote español dijo a los periodistas que ese viacrucis lo realizaban en solidaridad con los migrantes, en especial los nicaragüenses que residen en decenas de miles en Costa Rica, los que, dijo, atraviesan una situación de dolor por la separación familiar, además de problemas económicos por sus trabajos precarios.

Además en solidaridad con las más de 100 personas que se encuentran detenidas en Nicaragua por motivos políticos, de quienes, durante el viacrucis, demandaron su liberación.

Asimismo, Aragón señaló que la actividad con la que se recuerda la pasión de Jesucristo fue en solidaridad con el pueblo católico que no puede salir a las calles ni realizar procesiones por orden del gobierno que preside Daniel Ortega.

«En Nicaragua no hay libertad religiosa», sostuvo el padre dominico, que, al igual que los demás sacerdotes, abogó por todos los migrantes que han tenido que dejar su patria por razones de seguridad, incluido los de otras naciones.

Aunque a la actividad religiosa invitaron a los migrantes de diferentes países, entre ellos de Colombia, Cuba, El Salvador, Honduras y Venezuela, los que principalmente asistieron fueron los de Nicaragua.

Durante las 14 estaciones del viacrucis, los sacerdotes elevaron sus oraciones por la paz en Nicaragua y por la Iglesia católica de ese país, así como por los migrantes.

El sacerdote nicaragüense desnacionalizado Uriel Vallejos apuntó que oraron específicamente por Nicaragua, país que vive una crisis sociopolítica desde abril de 2018, que ha dejado cientos de muertos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio.

El sacerdote Vallejos apuntó que los exiliados nicaragüenses tienen necesidades espirituales, corporales y sociales, y sufren dolor, sufrimiento, angustia y soledad fuera de su patria, y el víacrucis es «una compañía de la Iglesia» para con ellos.

Las relaciones del Gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de las relaciones diplomáticas entre ambas partes.


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