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Helena Kmiec, la futura santa que escribió sus últimas palabras en Facebook

por Avatar El Debate

«Era el tipo de chica que podrías envidiar mucho, pero era tan increíblemente humilde…». Así recuerda Magdalena Kaczor a su amiga Helena Kmiec. Las dos se conocieron en el Voluntariado Misionero Salvador. «Cuando ella aparecía, se podía ver que la gente estaba llena de buena energía, que estaba bien. Cuando dirigía el canto y la oración –lo hacía muy a menudo– quizás no podías verla, pero podías ver gente rezando, gente feliz», prosigue Kaczor, rememorando a su amiga.

Helena Kmiec era polaca, había nacido en 1991 y fue asesinada en Bolivia en 2017, mientras desempeñaba una labor de voluntariado en el colegio Edmundo Bojanowski, obra de la congregación de las Siervas de la Inmaculada Concepción de la Beata Virgen María, en la localidad de Pacata en Cochabamba.

Helena, de voluntaria en Zambia en 2013

Pero en esos casi 26 años de vida le dio tiempo a casi todo: estudió ingeniería Química en inglés en la Universidad Tecnológica de Silesia en Gliwice; tocaba la guitarra y cantaba; iba a misa casi todos los días; estuvo dos años becada en el Reino Unido… Pero su gran pasión fue el voluntariado, que la llevó a Hungría para dirigir un campamento de verano para niños; a Zambia, donde trabajó con niños de la calle, y a Rumania, donde sirvió a jóvenes.

Antes de ser enviada a una de estas misiones, Helena escribió: «¡Recibí la gracia de Dios, (…) el don gratuitamente dado para dar y tengo que compartir este don! Todas las habilidades que tengo, las habilidades que adquiero, los talentos que desarrollo, no están destinados a servirme, sino a que pueda usarlos para ayudar a otros». «El regalo más grande es que conozco a Dios y no puedo guardármelo para mí, ¡tengo que difundirlo! Si puedo ayudar a alguien, hacerlo sonreír, hacerlo más feliz, enseñarle algo, ¡entonces quiero hacerlo!», agregó.

14 puñaladas

El 8 de enero de 2017, informa Aciprensa, Helena comenzó su voluntariado en Bolivia. «Aquí es verano, estamos a 27 grados y nos recibieron como hermanas. Cochabamba será nuestro hogar durante los próximos seis meses». Estas fueron las últimas palabras que escribió en su perfil de Facebook. Unos días después, el 24 de enero, fue asesinada por dos delincuentes a los que sorprendió cuando entraron en el colegio a robar. Le asestaron 14 puñaladas.

Helena era una gran aficionada a la guitarra

La noticia de su muerte conmocionó a Polonia, pero su fama de santidad comenzó a correr como la pólvora. La localidad donde creció, Libiąż, le concedió la ciudadanía de honor, y le puso su nombre a una calle. Además, se le concedió a título póstumo la Cruz de Oro al Mérito «por la caridad y las actividades sociales y el compromiso con las personas necesitadas de ayuda». Además, muchas personas empezaron a acudir a rezar a su tumba e incluso se han registrado posibles favores recibidos gracias a su intercesión.

Ya le rezan

Todo esto ha llevado a que el arzobispo de Cracovia, monseñor Marek Jędraszewski, emitiera un edicto el pasado domingo para anunciar el inicio del proceso de beatificación y canonización de Helena Agnieszka Kmiec. «Surgió espontáneamente entre los fieles una opinión sobre su vida santa y dedicada a Dios y a la Iglesia. Mucha gente oró y sigue orando por su intercesión», recoge el escrito episcopal. «El ejemplo de la Sierva de Dios puede ciertamente ser una inspiración para que las personas, especialmente los jóvenes, prosigan su vocación a la santidad con pasión y compromiso a través del voluntariado y la actividad misionera», concluye el edicto.

La fase previa dio comienzo en diciembre de 2022; después llegaron las consultas a la Conferencia Episcopal Polaca y finalmente se ha recibido el visto bueno del Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano.