Un guardia de seguridad, de aproximadamente 25 años de edad, fue gravemente herido a cuchilladas por un joven palestino en la Estación Central de Autobuses de Jerusalén. El atacante, de 24 años de edad, fue neutralizado y presentó una herida en la cabeza.
El portavoz policial Micky Ronsenfeld dijo que se aumentaron las medidas de seguridad y se acordonó la zona.
La tensión escaló desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refirió a Jerusalén como capital de Israel.
La decisión es rechazada por los palestinos porque consideran que es el reconocimiento de la soberanía israelí sobre la ciudad santa, incluida la parte este ocupada y que atribuyen como la capital de su Estado.
Por cuarto día consecutivo miles de manifestantes salieron ayer a las calles en Medio Oriente y otras partes del mundo. A pesar de las protestas, Estados Unidos insiste en que la medida hará avanzar el proceso de paz.
El papa Francisco llamó a que se evite otra espiral de violencia en Jerusalén. A su vez, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, de liderar un Estado terrorista y opresor. “No vamos a dejar a Jerusalén en manos de un país que mata a niños”.
El israelí le respondió: “No tengo que recibir lecciones de moral de un dirigente que bombardea pueblos kurdos en Turquía, que encarcela a periodistas, ayuda a Irán a sortear las sanciones internacionales y ayuda a los terroristas, especialmente en Gaza”.
Netanyahu, que fue recibido por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, acusó a Europa de hipocresía por sus condenas a la capitalidad.
Macron reprobó la decisión de Washington aunque no lo descarta como mediador en el conflicto. Macron trató de calmar los ánimos y pidió a Nentanyahu que detenga las colonias.
Hoy se esperan dos encuentros para tratar el tema de Jerusalén: el del presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, con su par palestino, Mahmud Abbas, en El Cairo, y el de Erdogan, con el mandatario de Rusia, Vladimir Putin, en Ankara.