Tiflis, la capital de Georgia, despertó este jueves tras su primera noche tranquila desde el estallido de las protestas antigubernamentales contra la congelación del diálogo sobre la integración en la Unión Europea.
Por primera vez desde el 28 de noviembre, fecha en la que el gobierno anunció que pospone hasta 2028 las negociaciones sobre el ingreso en el bloque comunitario, no se registraron choques entre la policía y manifestantes europeístas que se congregan a diario en el centro de la capital georgiana.
Las fuerzas del orden tampoco recurrieron a cañones de agua, como en ocasiones anteriores, para dispersar la manifestación de anoche, que se disolvió sin incidentes a primera horas de la mañana.
Miles de georgianos volvieron ayer a concentrarse frente al Parlamento de Georgia al grito de «¡El lugar de Georgia está en Europa!» y reclamos de dimisión del gobierno y celebración de nuevas elecciones parlamentarias.
Tinatin Bokuchava, presidenta del Movimiento Nacional Unido (MNU), fundado por el encarcelado expresidente Mijaíl Saakashivili, denunció a la prensa que con el allanamiento ayer de las sedes opositoras las autoridades llevaron a cabo «una operación especial al estilo ruso contra su propio pueblo».
Los opositores denunciaron que estos registros son «una nueva pauta en la escalada de la represión» del gobierno «prorruso» de Sueño Georgiano.
Uno de los líderes del MNU, Georgui Vashadze, declaró a la prensa que «la nueva misión es llevar al país a la insubordinación total y a la huelga».
«El régimen autoproclamado inició una nueva etapa de violencia y nos opondremos a ello con unidad hasta llevar al país a la insubordinación general», afirmó, al señalar que «las huelgas se deben extender a toda Georgia».
Mientras, según las autoridades, los registros permitieron «identificar y neutralizar» al ala más radical de la oposición.
El director del departamento de Investigaciones Criminales de la policía georgiana, Teymuraz Kupatadze, informó en una rueda de prensa de que durante los registros «fueron requisados cócteles Molotov, máscaras antigás, artefactos pirotécnicos y ordenadores» que vinculan a los partidos opositores a las fuerzas más radicales de las protestas.
Las manifestaciones proeuropeas en Georgia se han saldado hasta el momento con más de 300 detenidos y centenares de heridos, entre ellos, decenas de periodistas.
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