Filandia frontera rusa

El gobierno de Filandia presentó este viernes un proyecto de ley que permitirá bloquear temporalmente la entrada de solicitantes de asilo en el país a través de la frontera con Rusia y devolver a los solicitantes de asilo a territorio ruso.

Se trata de una ley de excepción que requiere una mayoría parlamentaria de cinco sextos, ya que supone un recorte de los derechos fundamentales, por lo que el Ejecutivo finlandés deberá lograr el respaldo de gran parte de la oposición para que sea aprobada.

El primer ministro, el conservador Petteri Orpo, advirtió en rueda de prensa que Finlandia debe estar preparada para seguir haciendo frente al uso instrumentalizado de la inmigración por parte de Moscú, un fenómeno que obligó a Helsinki a cerrar totalmente su frontera oriental al tráfico de personas.

«Tenemos que lograr un equilibrio entre la seguridad nacional, la seguridad fronteriza, los acuerdos internacionales y los derechos humanos», declaró Orpo. Insistió en que son necesarias nuevas herramientas para luchar contra este fenómeno.

La aprobación de esta nueva ley permitirá reabrir los puestos fronterizos con Rusia al tráfico de personas que tengan los documentos pertinentes. Y, cuando sea necesario, otorgará a la guardia fronteriza la potestad de negar la entrada al país a los solicitantes de asilo.

La ministra de Interior, la ultraderechista Mari Rantanen, subrayó en la misma rueda de prensa que estas restricciones son temporales. Dijo que las aplicarán únicamente cuando se trate de «inmigración instrumentalizada».

«Hay cientos o incluso miles de solicitantes de asilo esperando en el lado ruso a cruzar la frontera, así que la situación no ha cambiado en los últimos meses, al menos no a mejor», dijo Rantanen.

Filandia cerró puestos fronterizos

Finlandia cerró de forma paulatina sus ocho puestos fronterizos en noviembre pasado. Esto, después de que la Guardia de Fronteras alertara de un inusual aumento del flujo de refugiados procedentes de Rusia. Este incremento, el Gobierno lo atribuyó a un «ataque híbrido» por parte de Moscú.

Pese a ello, solo en noviembre llegaron desde Rusia más de 900 solicitantes de asilo de terceros países; una cifra treinta veces mayor a la habitual. Por ello, el Ejecutivo finlandés optó por cerrar totalmente la frontera durante dos semanas el 29 de noviembre para tratar de frenar este fenómeno.

El país nórdico reabrió dos puestos fronterizos a modo de prueba el 14 de diciembre. Sin embargo, los volvió a clausurar ese mismo día tras registrar la llegada de 62 refugiados en pocas horas.

El cierre total de la frontera al tráfico de pasajeros -trenes de mercancías sí circulan- seguirá en vigor al menos hasta el 14 de abril; aunque el gobierno finlandés está dispuesto a prorrogarlo si para entonces no se ha aprobado el nuevo proyecto de ley.


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