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La familia colombo-venezolana señalada de financiar al grupo terrorista Hezbolá

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«Participé en el negocio familiar desde los 9 años, mis días transcurrían siempre del colegio al negocio, mi padre siempre decía ‘vamos… hay que ayudar’, ese era su lema. Y luego de ir al negocio iba a la casa para hacer las tareas”.

Con esas palabras define el comienzo de su vida en los negocios Samer Akil Rada,  comerciante colombo-venezolano que esta semana quedó en la mira de las autoridades de Estados Unidos, no solo por el supuesto apoyo a través de sus empresas al grupo terrorista Hezbolá, sino porque habría coordinado envíos de cocaína a Estados Unidos.

Samer, gracias a su presencia en redes sociales, es el más reconocible de los tres miembros familiares de una intrincada red empresarial de apoyo desde Latinoamérica a esa organización extremista, conocida también como el Partido de Dios y que fue puesta en evidencia el martes de esta semana por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

De acuerdo con ese organismo, los tres familiares se convirtieron en pieza clave de la financiación y las actividades de Hezbolá en este lado del planeta, a través de movimientos financieros que incluían exportaciones de carbón vegetal desde Colombia hacia Líbano, lavado de activos y tráfico de sustancias ilegales.

El líder del grupo es el hermano de Samer, Ahmer Mohammed Akil Rada, considerado por el gobierno estadounidense como cabecilla de Hezbolá y presunto responsable, en 1994, de un ataque terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, que mató a 85 personas.

El grupo familiar lo completa el hijo de Ahmer, el también empresario Mahdy Akil Helbawi, quien, como lo informó la Unidad de Datos de El Tiempo, es el director de la empresa barranquillera Zanga SAS, cuyas ganancias por exportaciones de carbón vegetal habrían terminado en manos de Hezbolá.

Samer, por su parte, también sería «miembro activo de Hezbolá» y habría participado en la financiación del grupo, no solo a través de actividades relacionadas con el tráfico de drogas, sino a través de la firma de la que es gerente general y primer ejecutivo, BCI Technologies, dedicada a temas de informática y redes digitales, que también fue sancionada por el gobierno de Estados Unidos.

Los nexos de la familia con Colombia

Antecedentes de los hermanos Akil Rada | Foto: Departamento del Tesoro de EE UU

Medios como Infobae, citando fuentes expertas en seguridad, señalaron que los hermanos Akil Rada hacen parte de una familia libanesa que migró inicialmente hacia la costa Caribe de Colombia y luego se instaló en Venezuela.

Si bien no hay muchos detalles de esos movimientos, llama la atención que los dos hermanos, Ahmer y Samer, tienen números de documentación de origen colombiano. El primero aparece reseñado libanés como primera nacionalidad y colombiano como segunda.

De hecho, su hijo Mahdy es nacido en Maicao (La Guajira), tiene cédula colombiana, nacionalidad libanesa y aparece domiciliado tanto en Barranquilla como en su ciudad natal.

Samer, por su parte, no aparece registrado textualmente en los documentos del gobierno norteamericano o el colombiano. Sin embargo, el cable oficial del Departamento del Tesoro de Estados Unidos reseña como su número único de identificación una cédula de ciudadanía de origen colombiano.

Samer, el único con presencia en redes

Cuenta de X (antes Twitter) de Samer Akil| Foto: EL TIEMPO

En medio de todos estos asuntos judiciales, Samer Akil mantiene activas sus cuentas de redes sociales como X (antes Twitter), Instagram y TikTok. También tiene una página de Internet a su nombre, en la que, además de ofrecer sus servicios en temas de emprendimiento, asegura ser asesor de compras en China.

De hecho, en su portal web y en sus redes hace énfasis en que puede asesorar a interesados en tener éxito al importar mercancías desde el país oriental y mantener un flujo constante de ingresos.

Tik Tok de Samer Akil| Foto: EL TIEMPO

”Como ingeniero en sistemas y administrador de empresas, he conseguido una combinación perfecta para llevar adelante cualquier proyecto y sostenerlo en el tiempo. Los fracasos han sido grandes aprendizajes. Y los éxitos son reconfortantes”, se lee en su portal digital.

Incluso en su red social TikTok, en la que cuenta con 12.000 seguidores, uno de los videos más vistos, con cerca de 900 reproducciones, tiene consejos sobre cuánto dinero se necesita para comenzar a hacer negocios en ese país: “Hasta con 100 dólares. Lo importante es siempre mantener la idea del producto mínimo viable”.

En Instagram también hace presencia, nuevamente con imágenes y reels de consejos para comerciar con China. Sin embargo, su perfil, público hasta la mañana de este miércoles, pasó a privado sobre las 11:00 am de Colombia, tal como lo pudo establecer este medio.

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