La primera ministra británica, Theresa May, ha tenido que ceder en su negativa de pedir una extensión del brexit y anunció ayer que someterá a votación de los diputados el aplazamiento del proceso más allá del 29 de marzo, fecha prevista para la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
May explicó que el Parlamento, sin embargo, deberá votar el 12 de marzo el acuerdo surgido de sus últimas negociaciones con Bruselas. Si la propuesta fuera rechazada, los diputados votarían al día siguiente, el 13 de marzo, si desean un brexit sin pacto. Si esta opción tampoco obtuviera el visto bueno, como se espera, entonces la Cámara de los Comunes podrá votar el retraso de la salida del Reino Unido de la UE.
Esta opción implica que May deberá solicitar a Bruselas una ampliación de la validez del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que fija el plazo de negociación para el retiro del bloque. Sin embargo, la primera ministra aclaró que se trataría de una extensión “breve y limitada” y que no podría ir más allá de junio, pues de lo contrario Reino Unido se vería obligado a participar en las elecciones del Parlamento Europeo que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo.
“Estos son compromisos que estoy haciendo como primera ministra y me voy a ceñir a ellos”, recalcó May. No obstante, insistió en que espera disponer de un documento que cuente con el respaldo suficiente para evitar la solicitud de ampliar la validez del artículo 50.
Desacuerdos por el acuerdo
David Lidington, el número dos del gobierno, consideró que retrasar el brexit no es una buena alternativa, pues supone aplazar la toma decisiones: “No es un curso de acción alternativo real”. Sin embargo, solicitó a los conservadores apoyar a May en este momento de dificultades, y afirmó que nadie en el gobierno ha negado que una salida sin acuerdo “impondría unos costes considerables en la economía británica”.
Mientras tanto, los ministros de Industria, Richard Harrington; de Digitales, Margot James, y de Energía, Claire Perry amenazaron con renunciar si May no se compromete a aplazar la fecha límite del brexit y evitar así una salida traumática de la Unión Europea.
“Este compromiso sería recibido con alivio por una gran mayoría de los diputados, empresas y sus empleados”, escribieron los ministros en un artículo publicado en el Daily Mail. Según el diario, otros 15 miembros del gobierno estarían dispuestos a dimitir para impedir una salida no favorable en relación con la salvaguarda irlandesa, ideada para evitar que la República de Irlanda e Irlanda del Norte tengan una frontera física.
Por su parte, Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, dijo que estaba dispuesto a promover un nuevo referéndum sobre el brexit, si el Parlamento rechaza el plan alternativo de May para abandonar la UE.
La Cámara de los Comunes se reunirá otra vez este miércoles 27 de febrero y los diputados tendrán la posibilidad de presentar y votar una serie de enmiendas, entre las cuales los liberales presentarían la relacionada con la realización de un referéndum para exigir el mantenimiento del Reino Unido dentro de una unión aduanera permanente con la UE después de la separación.