El pleno de la Eurocámara reiteró este martes su apoyo a la plena aplicación del acuerdo de paz en Colombia, para el que consideraron indispensable ampliar las ayudas europeas, así como un alto el fuego real y la vuelta al diálogo entre el gobierno y el ejército de Liberación Nacional (ELN).
Christos Stylianides, comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, fue el primero en pedir al ELN que cese sus ataques y retome las conversaciones de paz.
«Es inaceptable que el ELN reanude los ataques. Les exhortamos a parar y animamos a las partes a retomar las conversaciones», señaló el comisario, que enumeró las medidas diplomáticas y económicas de la Unión Europea (UE) para acompañar la implementación del acuerdo de paz en Colombia logrado ya con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En este sentido, desde el Partido Popular Europeo, Francisco Millán Mon, tachó de inaceptables los ataques del ELN de las últimas semanas y dijo que es imprescindible que se reanuden las conversaciones de Quito.
Por su parte, Ramón Jáuregui (PSOE) recordó que, además del cese de la violencia, el acuerdo también plantea el principio de «aceptar que quienes renuncian a las armas pueden hacer política legítimamente».
«Es la base del acuerdo y la grandeza. La paz no viene sola, construir estos procesos de paz es muy complejo, porque hay muchos obstáculos», señaló el ex ministro socialista, que mostró su esperanza en que con el apoyo de la UE Colombia consiga la paz.
Sobre esas dificultades que afloran en la puesta en práctica de la paz también se pronunció Javier Nart (Ciudadanos), que dijo que el acuerdo «está lleno de frustraciones, como que las FARC no aclaren cuáles son sus canales para comercializar su producto (…) Pero a pesar de todo es el único proceso de paz posible».
Otros eurodiputados españoles, como Ernest Urtasun (ICV), Izaskun Bilbao (PNV) o Tania González (Podemos) señalaron la extraordinaria oportunidad para la paz tras más de cincuenta años de violencia, la preocupación por el aumento de asesinatos de líderes sociales y campesinos y el insuficiente avance en la reforma rural.
El más crítico con el papel del gobierno colombiano fue el eurodiputado de IU Javier Couso, que dijo que los únicos que cumplen por ahora con el acuerdo «son las FARC, mientras otros actores como el propio Ejecutivo, la Fiscalía o los partidos de la derecha se dedican a boicotear el proceso”.
También el eurodiputado de Bildu Josu Juaristi llamó la atención sobre que la mayoría de excombatientes de la FARC sigan en prisión y sin medidas de apoyo para su reinserción social.
El comisario Stlylianides explicó que la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, está en contacto con todas las partes, así como con miembros de la sociedad civil, países vecinos y organismos y enviados de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia.
Esa acción diplomática, añadió, se acompaña de apoyos financieros al acuerdo de paz, así como ayudas para el proceso de reconciliación territorial como el instrumento de cooperación para la paz y la seguridad o un fondo fiduciario para esos esfuerzos, todo ello por valor de alrededor de 150 millones de euros.
Tras las palabras del comisario, los eurodiputados coincidieron en apoyar el proceso de paz en Colombia, si bien discreparon sobre la necesidad de haber aprobado una resolución como mensaje de que las próximas elecciones no pueden ser un impedimento para los compromisos adquiridos.
Esa resolución, que no ha llegado a elaborarse y que para grupos como el de los populares europeos hubiera sido una injerencia, era, para las fuerzas de izquierda, una buena oportunidad para recordar que las elecciones no deben cambiar los planes para seguir implementando el acuerdo de paz de finales de 2016.
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