«Está haciendo lo mismo» que Donald Trump. Los migrantes están descontentos con el presidente Joe Biden, que amenaza con restringir el acceso al asilo en nombre de una migración «ordenada» ante una crisis migratoria fronteriza potencialmente explosiva para las presidenciales de 2024.
Un récord de más de 2,2 millones de migrantes indocumentados fueron interceptados en la frontera con México desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 30 de septiembre de 2022.
La mayoría son latinoamericanos que se topan con una carrera de obstáculos tras huir de la pobreza y la violencia en busca de una vida mejor.
Aunque prometió acabar con las duras medidas migratorias de su predecesor republicano Donald Trump, Biden, que ha dado a entender que se presentará a las presidenciales de 2024, quiere una política «segura, humana y ordenada».
Política migratoria de Biden
«Ordenada» parece ser la palabra clave.
Su gobierno heredó de Trump el llamado Título 42, una norma sanitaria activada para frenar la pandemia que permite bloquear a la inmensa mayoría de los migrantes en la frontera.
Una vez que se suspenda el 11 de mayo como está previsto, Biden anticipa un aumento de migrantes que podría pasar factura electoral a los demócratas en un momento en el que los republicanos ya le acusan de una «crisis migratoria en la frontera».
En un intento por evitarlo y seducir a la clase media, el presidente ha planteado una serie de medidas.
Propone restringir el acceso al asilo, obligando a los migrantes a solicitarlo en países por los que transitan o a pedir cita en línea, como ya tienen que hacer desde enero los procedentes de Ucrania, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití.
«Tecnología defectuosa»
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los migrantes solo serán aptos para el asilo si cuentan con una autorización, han usado la aplicación CBP One para agendar una hora y un lugar para presentarse en un puerto de entrada (salvo si pueden demostrar que era imposible por una barrera del idioma, analfabetismo, falla técnica…) o se les denegó el asilo en un país de tránsito.
El American Immigration Council (AIC), organización sin fines de lucro, asegura que esto plantea «muchos, muchos problemas».
«A veces los teléfonos no tienen la capacidad de captar la cara de las personas de color» cuando toman las fotografías para pedir cita, puso como ejemplo Raul Pinto, un abogado de AIC durante un seminario web a principios de marzo.
«El hecho de que hayan hecho que el asilo dependa de esta tecnología defectuosa creo que es alucinante», añadió.
Un giro inesperado por parte de Biden, que culpa a los republicanos de impedir adoptar una legislación integral para revisar «un sistema migratorio roto durante mucho tiempo».
La ley federal permite «que cualquier persona que venga a Estados Unidos presente una solicitud de asilo, independientemente de dónde se presentó o de si solicitó una cita en una aplicación de teléfono inteligente», explica Kate Melloy Goettel, directora legal del AIC.
«Lo mismo que Trump»
La propuesta, si se aplica, «cerrará la frontera para la mayoría de los solicitantes de asilo» y «se parece mucho a la era de Trump», quien quiso impedir que las caravanas que llegaban de Centroamérica entraran en Estados Unidos hasta que los tribunales se lo impidieron.
Podría haber más volteretas políticas: la posibilidad de que Biden sopese detener a las familias migrantes que crucen sin permiso la frontera ronda las redacciones de los medios desde hace días.
La portavoz de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre lo tildó de «rumores» pero no quiso desmentirlo. «No estoy diciendo que se esté considerando. No estoy diciendo nada. Tampoco que no se esté evaluando», declaró.
Los migrantes lo dan por sentado y se movilizan.
Beatriz Batres, salvadoreña de 33 años de edad, sabe de lo que habla. En 2014 estuvo dos meses en un centro de detención de Nuevo México (sur) con su hijo de entonces 6 años. Vio cómo los niños jugaban entre ellos a hacer de coyote, juez, policía, migrante. El suyo necesitó terapia.
«Es político, (Biden) está a fondo para el próximo año utilizando las políticas antiinmigrantes», declaró a la AFP durante una pequeña protesta el jueves cerca de la Casa Blanca.
Viviana Moreno, de 27 años de edad, huyó de Colombia en 2022 al verse amenazada por el hombre al que denunció tras ser testigo del asesinato de una amiga.
Ahora está indignada con Biden: «Él tanto que criticó a Donald Trump y está haciendo lo mismo». «Está siendo inhumano -se queja- con las barreras que nos quiere poner prohibiéndonos pedir asilo».