El nuevo embajador de Colombia en Venezuela, Milton Rengifo, conversó con El Tiempo sobre lo que será esta nueva etapa en las relaciones con el país vecino. Luego de la salida de Armando Benedetti, de la que todavía hay unos cuantos comentarios en Caracas, el funcionario da una visión que pareciera apuntar más a lo diplomático y una apuesta al fortalecimiento real de las relaciones entre ambos países.
Desde la residencia colombiana -donde ya el busto de Simón Bolívar no recibe a los visitantes porque fue trasladado a Bogotá- Rengifo se muestra como «conciliador» y está empeñado en construir un diálogo verdadero siguiendo con el lineamiento de la Paz Total del presidente Gustavo Petro.
A un año del restablecimiento de las relaciones bilaterales, Rengifo señala que “el rompimiento de relaciones con Venezuela fue un tremendo fracaso” y cree que el camino para la normalización en todos los frentes está en proceso de construcción, por lo que desde su visión «hay que trabajar mucho» para poner en marcha no solo el ámbito comercial, sino las relaciones culturales, sociales y empresariales.
“Con el vecino no se pelea”, dice Rengifo teniendo de fondo un cuadro de Antonio Nariño.
Calmado y con buen ánimo, el entrante embajador asegura que le gusta mucho Caracas -ciudad que no visitaba desde 2013-, en especial “porque no hay trancones”. Y es que para el diplomático, el clima de confrontación que Venezuela vivió años atrás es justamente cosa del pasado, debido a que los diferentes sectores “han llegado a la conclusión de que la pugnacidad y el enfrentamiento no conducen a nada”.
—Embajador, a un año del restablecimiento de relaciones, ¿cuál es su balance?
—Me ha impresionado el espíritu de diálogo y el ánimo colaborativo de diversos sectores, no solamente del gobierno venezolano, sino también de los empresarios y políticos, empeñados en soluciones concretas. Se han dado pasos en cuanto a lo comercial, transporte, pasos binacionales y embajada. Me he reunido con empresarios, organismos internacionales; también con embajadores y con funcionarios venezolanos.
—¿Cuáles son los objetivos que se ha planteado el presidente Gustavo Petro al designarlo a usted en Venezuela?
—Creo que el más importante es el objetivo de la Paz Total, que también implica la paz del vecindario y sobre todo, concretar la integración para que no se repita el cierre de relaciones. El rompimiento de relaciones fue un tremendo fracaso, un error muy grande y yo creo que el colombiano no ha hecho ese cálculo, son miles de pérdidas de empleo, divisas y un drama humanitario en la frontera muy grave.
—En ese sentido, ¿defiende el papel de Venezuela dentro de los diálogos con el ELN?
—Es un paso clave.
—Usted habla de las perspectivas que hay desde Colombia, pero ¿cuáles son las perspectivas que tiene el Gobierno de Venezuela con ustedes?
—Primero, rehacer las relaciones, lo mismo que los asuntos consulares y diplomáticos. Uno con el vecino no pelea, un vecino es un hermano, que en este caso también ha mostrado preocupación por la presencia de venezolanos en Colombia.
—¿Por qué Venezuela está preocupada los sus ciudadanos en Colombia?
—El gobierno de Venezuela pregunta por sus ciudadanos y quieren que todos regresen. Tienen un Plan Vuelta a la Patria y han traído a los venezolanos de regreso de varios países.
—¿Qué deuda cree que es la más apremiante y que espera resolver con prioridad?
Todo el tema de la reactivación de los servicios consulares. De otro lado, el tema comercial cuenta con la disposición de ambos gobiernos con miras a concretar acuerdos empresariales, pero este es un aspecto que sigue marcado por el tema de sanciones impuestas a Venezuela.
—Usted aseguró que el consulado de Caracas, probablemente, se mudaría a la sede de la embajada, pero ha habido quejas…
—Fue una propuesta que, por ahora, creo que tendremos que desechar debido a un tema de logística.
—Pero, ¿por qué ha tardado tanto abrir el consulado de Caracas?
Primero, por el tema de las máquinas y equipos que tiene trabas en la importación y que aún no tenemos. El consulado tiene archivos que son una documentación muy delicada, que como documentos públicos son extremadamente delicados. Eso hace que aún no podamos dar una fecha de inauguración de la sede. Creo que en diciembre tendremos unos cuatro.
—¿Cuál es la situación de la frontera en este momento?
—Cúcuta ha cambiado, se ha transformado. De hecho, las cifras que maneja el ministro Germán Umaña han sido muy positiva en el sentido de la reducción del desempleo, eso ha significado 50 o 55.000 nuevos empleos. Pero, la realidad es que Turquía y China han ganado terreno en el mercado venezolano, lo que hace que los empresarios colombianos deban hacer una apuesta interesante en cuanto a la oferta de sus productos.
—¿Podemos decir que ha bajado la criminalidad en la frontera?
—No manejo cifras, pero algunos siguen utilizando las trochas. Hay problemas por superar.
—¿Cuál es la balanza comercial en este momento?
—El ministro Umaña ha dado un corte de 600 millones de dólares en los primeros 10 meses. Estamos lanzando una rueda de negocios que vamos a hacer en lo que queda de agosto y será muy importante, se trata de más de 200 empresarios colombianos que estarán en Caracas.
—¿Para cuándo se estima que Procolombia tenga una oficina en Caracas?
—Tienen visto una oficina, pero eso es del Ministerio de Comercio y cada quien se encarga de su área.
—¿Está Colombia dispuesta a seguir prestando su apoyo para el diálogo entre factores políticos de Venezuela?
—Desde Colombia estamos buscando un diálogo, consensuar, bajarle el nivel de confrontación y uno quisiera que el vecino también estuviera en la misma sintonía. La región se ha caracterizado por todo es torbellino que hubo en las décadas de los 80 y 90. Entonces, es importante alcanzar unos niveles de consenso y entenderse en medio de las diferencias y reconocer al otro. Por ejemplo, aunque nadie lo creía, mire el nivel que hemos alcanzado con Estados Unidos con el presidente Joe Biden, el país no se descarriló ni nada de esas cosas y hay que complementar eso desde Venezuela, hablar con todos los actores posibles para lograr caminos de entendimiento y de acuerdos.
—¿Cuáles son los retos que tiene usted como embajador?
—Los funcionarios públicos tenemos responsabilidades que nos da la ley a diferencia de los particulares. Hay muchísimas cosas por hacer.
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