Hace unos días, en la Universidad Salesiana de Roma, el papa Francisco se reunió con más de 200 sacerdotes, de entre 11 y 39 años de ordenación, donde abordó diversos temas, entre los que volvió a recordar «prudencia» en la admisión de homosexuales en los seminarios.
Por una parte, hizo referencia a los numerosos conflictos que se están viviendo y lamentó las grandes inversiones mundiales que se están llevando a cabo en la compra de armas. Mencionando el abstencionismo que está enfrentando la política, declaró que esta es «la forma más alta de caridad» y por ello recordó la importancia de implicarse y de trabajar por el bien común. A su vez, lamentó que la sociedad actual, a pesar de la mucha necesidad que tantas personas padecen, destine tanto dinero a la adquisición de anticonceptivos, así como a las cirugías estéticas y veterinarios. Monseñor di Tolve, obispo auxiliar de la diócesis de Roma que estuvo presente en el encuentro, explicó que «debemos ayudar a la gente a encontrar los valores más importantes y verdaderos en un contexto y una cultura en la que a todos se les dice: «Piensa en ti mismo, realiza tu vida. No mires demasiado a tu alrededor, sólo date cuenta de ti mismo.» Aquí no podemos aceptar que la familia humana sea así».
Por otra parte, el Santo Padre destacó la importancia de las diócesis y la figura del sacerdote en el acompañamiento de todas las personas: desde los jóvenes que sufren dificultades hasta los ancianos: «Nuestro trabajo como sacerdotes es ir a buscar a estas personas» porque «la Iglesia es profética o clerical: a nosotros nos toca elegir». Abordó la necesidad de ser cercanos a la gente y de no estar sordos ante el dolor de los demás. Se llamó a los sacerdotes a «ser fuertes y mansos al mismo tiempo, hacerles sentir que la parroquia está cerca de ellos, casa entre las casas, y que pueden revivir una experiencia familiar».
Finalmente, no olvidó agradecer la labor y trabajo que todos los sacerdotes hacen, instándoles a seguir cercanos a la gente, acompañando y escuchando a quienes se confían a ellos.