El presidente estadounidense Donald Trump acusó al FBI de no haber evitado el tiroteo que dejó 17 muertos en una escuela secundaria de Florida, cuyos alumnos sobrevivientes anunciaron una manifestación para el mes que viene en Washington con el objetivo de exigir leyes más estrictas de control de armas.
La denuncia de Trump contra el FBI se produce en momentos en que el presidente enfrenta duras críticas por sus vínculos con la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), el poderoso lobby de las armas de fuego en Estados Unidos.
Pero el tiroteo también puso al descubierto una grave falla del FBI, que admitió haber recibido en enero una llamada de un allegado de Nikolas Cruz, el atacante de 19 años, alertando por su comportamiento agresivo y sus intenciones asesinas, sin haber informado de ello a su oficina de Miami.
«Es una verdadera pena que el FBI haya omitido todas las señales enviadas por el tirador del colegio de Florida. No es aceptable», escribió el mandatario en Twitter.
«Pasan demasiado tiempo tratando de probar la colusión rusa con la campaña Trump – No hay colusión. ¡Vuelvan a lo básico y hagan sentirnos orgullosos de ustedes!», añadió el presidente, aunque desde mayo ya no es el FBI quien dirige la investigación sobre la injerencia rusa sino el procurador especial Robert Mueller.
Al día siguiente al tiroteo, Trump insistió sobre los problemas mentales del atacante, sin mencionar para nada el derecho a poseer un arma, garantizado por la segunda enmienda de la Constitución, ni sobre las armas semi-automáticas como el fusil AR-15 que utilizó el tirador.
»Por nuestras vidas»
Estudiantes que sobrevivieron al tiroteo anunciaron una manifestación, a la que bautizaron como «Marcha por nuestras vidas», para el 24 de marzo en Washington, que tendrá como objetivo exigir leyes más estrictas en el control de armas.
Durante una protesta realizada la noche del sábado en Fort Lauderdale, en Florida, una sobreviviente de la masacre denunció con firmeza los vínculos del presidente con la NRA.
«A todos los políticos que recibieron donaciones de la NRA, ¡qué vergüenza!», proclamó la joven Emma González tras haber fustigado a Trump por haber recibido el apoyo financiero del poderoso grupo durante la campaña presidencial de 2016.
«¡Que vergüenza, que vergüenza!», gritaron a coro los manifestantes.
«Si el presidente me dice en la cara que fue una terrible tragedia (…) y que no podemos hacer nada, yo le preguntaré cuánto le dio la Asociación Nacional del Rifle. Yo lo sé: 30 millones de dólares», dijo con furia esta joven de 18 años con el cabello rapado, que cursa el último año la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland.
González se escondió en el anfiteatro del colegio cuando Nikolas Cruz abrió fuego en los corredores, dejando 17 muertos, la mayoría de ellos adolescentes, antes de huir mezclado entre la multitud. El atacante fue arrestado una hora más tarde.
«¿Eso es lo que valen las personas para usted, señor Trump?», añadió González al comparar esa suma con el número de víctimas de tiroteos que ensangrentaron al país desde comienzos del año.
«El hecho de ser autorizado para comprar armas automáticas no es una cuestión política, es una cuestión de vida o muerte», afirmó la estudiante más tarde en diálogo con la AFP.
Señales de alarma
Nikolas Cruz había sido atendido psicológicamente por sus problemas de conducta pero pudo beneficiarse de una legislación muy laxa en Florida para comprar legalmente su arma el año pasado.
Un informe de los servicios de protección a la infancia realizado por una automutilación reveló en septiembre de 2016 que Cruz deseaba comprar un arma de fuego, según un informe citado por el diario Sun Sentinel.
Aunque estos hechos demostraban «ciertas implicaciones» para su seguridad, este servicio concluyó en ese momento que el joven era tratado de manera adecuada por su colegio y por un instituto especializado en salud mental.
El FBI admitió el viernes un grave fallo al haber ignorado el 5 de enero un llamado de un allegado a Cruz que describía sus intenciones asesinas.
La policía local también fue advertida de la peligrosidad de Cruz, según afirmó CNN. Su madre adoptiva, muerta el año pasado, «solicitó varias veces la presencia de la policía en su casa para ayudarla a enfrentar los accesos de violencia, sus amenazas y su comportamiento autodestructivo».