La reciente retórica del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha encendido la alarma en Panamá, generando un clima de tensión internacional. Trump ha insinuado la posibilidad de utilizar la fuerza militar para “recomprar” el canal, lo que ha provocado reacciones enérgicas por parte del gobierno panameño.
En un contexto donde se discute una propuesta de reforma al Código Penal panameño, se contempla imponer penas de hasta 50 años de prisión a quienes atenten contra la vital vía interoceánica que conecta el Atlántico con el Pacífico, a través de la cual transita aproximadamente 3% del comercio mundial.
Trump 🇺🇸 no descarta el uso de fuerzas militares para tomar el Canal de Panamá y Groenlandia. Con Canadá 🇨🇦 plantea imponer una presión económica.
🤦♂️🤦♂️🤦♂️ pic.twitter.com/9kdyHYdh2g— Alan L Redick (@Alanredick1) January 8, 2025
Desde diciembre pasado, Trump ha manifestado críticas hacia las tarifas que cobra Panamá por el uso del canal y ha insinuado un supuesto control chino sobre esta estrategia geopolítica. Sin embargo, estas afirmaciones han sido desmentidas repetidamente por las autoridades panameñas.
El presidente electo también se pronunció recientemente sobre el uso de “coerción militar o económica” para hacerse con el control del canal y la isla de Groenlandia. Su respuesta fue clara: “no” podía hacerlo.
La historia del canal es fundamental en este debate. Inaugurado en 1914 bajo la administración estadounidense, su control fue transferido completamente a Panamá el 31 de diciembre de 1999, como resultado de los Tratados Torrijos-Carter firmados en 1977.
Relaciones tensas entre Panamá y el futuro gobierno estadounidense
El analista panameño José Eugenio Stoute considera que las palabras de Trump han creado una atmósfera tensa entre Panamá y su futuro gobierno. “Tensa las relaciones entre Panamá y su futuro gobierno al proferir amenazas extremadamente graves, aunque de momento solo sean verbales”, afirma Stoute.
En respuesta a estas inquietudes, el presidente panameño, Mulino, reafirmó este jueves que “el Canal es y seguirá siendo panameño”, durante los actos conmemorativos del 9 de enero de 1964. Esta fecha rememora un episodio crucial en la historia panameña, cuando estudiantes perdieron la vida al enfrentarse a tropas estadounidenses en un intento por izar la bandera panameña en una zona bajo control estadounidense.
La soberanía panameña sobre el canal es indiscutible
En medio de estos eventos, el canciller panameño, Javier Martínez-Acha, subrayó en la misma ceremonia que “para los panameños el Canal es incomprable”. Esto ocurre justo cuando un representante republicano de Dakota del Sur ha presentado un proyecto para “recomprar” el canal.
El canciller Javier Martínez Acha se refiere a declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump
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Stoute refuerza esta posición al afirmar que “la soberanía de Panamá sobre el canal fue reconocida a través de un tratado internacional firmado con los Estados Unidos (en 1977)”, enfatizando que cualquier noción de recompra carece de base jurídica. “El canal nunca fue vendido ni comprado”, concluye.
Legislación para proteger el canal
En un esfuerzo por salvaguardar esta importante vía interoceánica, el diputado Ricardo Vigil del minoritario Partido Panameñista ha propuesto una iniciativa legislativa para establecer sanciones severas contra aquellos que pongan en peligro la seguridad jurídica y operativa del canal.
La exitosa gestión de Panamá en los últimos 25 años ha suscitado diversas opiniones tanto a nivel nacional como internacional, que amenazan la integridad territorial y el funcionamiento del canal, afirmó Vigil durante su intervención en la asamblea legislativa.
En respuesta a esta situación, Stoute argumenta que “no es ni el momento ni la coyuntura para amenazar ni atacar a un futuro gobierno estadounidense”, señalando que este último ha emitido declaraciones “agresivas” no solo hacia Panamá, sino también contra otros aliados de EE UU en América y Europa.
Estados Unidos se mantiene como el principal usuario del canal panameño y es también el socio comercial y político más importante del país centroamericano.
“Parecer que se revive la política del gran garrote, como una respuesta al debilitamiento de la hegemonía estadounidense en el mundo, y eso es verdaderamente muy peligroso”, concluyó.
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