Luego de año y medio de guerra comercial, Estados Unidos y China escenificaron una tregua con la firma de un acuerdo preliminar que, no obstante, mantiene en vigor gran parte de los aranceles aplicados en sucesivas rondas.
«Es un cambio radical en el comercio internacional», dijo Trump en una ceremonia en la Casa Blanca que contó con la presencia del vicepresidente, Mike Pence, gran parte de su gabinete y destacados legisladores.
«Juntos estamos arreglando los errores del pasado y ofreciendo un futuro de justicia económica y seguridad», agregó el mandatario.
La delegación china estuvo encabezada por el vice primer ministro, Liu He, pese a que en un primer momento Trump anunció que la ratificación del acuerdo contaría con la presencia del presidente de China, Xi Jinping.
Para tratar de suplir esta ausencia, Liu leyó una carta del presidente Xi en la que este destacó que la firma del acuerdo es buena para China, Estados Unidos y el mundo. Además, expresó su confianza en que las empresas chinas que hagan negocios en este país serán tratadas con justicia.
«China se abrirá aún más», enfatizó Liu debido a la firma del tratado.
Parte del acuerdo
El gigante asiático se compromete a comprar bienes producidos en Estados Unidos por un valor de alrededor de 200.000 millones de dólares en dos años. Entre ellos, 50.000 millones de dólares en productos agrícolas; 50.000 millones de dólares en energía y 75.000 millones de dólares en manufacturas.
Estados Unidos, por su parte, rebaja a la mitad, hasta 7,5%, los aranceles impuestos a importaciones chinas por un valor de 120.000 millones de dólares. También cancela los gravámenes adicionales.
Quedarán, no obstante, todavía aranceles de entre 15% y 25% a productos chinos valorados en 360.000 millones de dólares.
En 2018, Estados Unidos exportó bienes por 120.000 millones de dólares a China. En tanto, las importaciones del gigante asiático ascendieron a 540.000 millones de dólares.
Trump indicó que los aranceles se mantienen en vigor como elemento de negociación con respecto a la segunda fase del pacto comercial.
Segunda fase del acuerdo
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, señaló que la nueva fase de negociaciones, aún sin fecha, podría segmentarse en fase 2A, 2B, y 2C. Este abordará las quejas de Estados Unidos sobre el robo de propiedad intelectual.
Los mercados celebraron el acuerdo con nuevas subidas, y Wall Street registraba este miércoles ganancias y récords poco antes del cierre de la jornada en el Dow Jones de Industriales y el selectivo S&P 500.
«La primera fase del acuerdo es esencialmente una tregua comercial, a la que se agregan grandes compras dirigidas por los Estados», explicó Mary Lovely, investigadora del centro de estudios Peterson Institute for International Economics, en una nota.
Para la Federación Agrícola de Estados Unidos, una de las principales agrupaciones del sector, es un paso importante.
«China fue una vez el principal mercado para los productos agrícolas de Estados Unidos, pero ha caído al puesto número 5 desde que se aplicaron los aranceles como represalia. Este acuerdo ayudará a dar la vuelta a dos años de declive en las exportaciones agrícolas», afirmó Zippy Duvall, presidente de la asociación, en un comunicado.
Consciente del daño por la guerra comercial con China, Trump se vio obligado a aprobar dos paquetes de asistencia financiera federal a agricultores y a granjeros por casi 30.000 millones de dólares.
Las negociaciones entre ambas partes han sufrido varios sobresaltos, con informaciones contradictorias y críticas veladas, desde que en octubre se anunció un principio de acuerdo.
La tensión comercial entre las dos principales economías mundiales, que comenzó el año pasado, ha tenido profundas consecuencias.
En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en octubre, el FMI rebajaba sus proyecciones de crecimiento al 3% para 2019, dos décimas menos que en julio, pues se vieron lastradas por las dudas que despertó esta disputa.
Minutos después de la firma, la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, celebraba el acuerdo para rebajar la tensión, pero indicó: «Hay que avanzar hacia un pacto integral que apoye un sistema de comercio global más abierto, estable y transparente».