Las autoridades de Nueva York dispersaron este fin de semana varias fiestas ilegales de celebración del Super Bowl a las que asistían más de 600 personas y que desafiaban las recomendaciones para frenar la propagación del coronavirus.
La oficina del sheriff de la ciudad, que se encarga de hacer cumplir las restricciones, detuvo este domingo a siete personas tras irrumpir en al menos tres multitudinarias fiestas clandestinas que estaban teniendo lugar en clubes nocturnos en los sectores de Brooklyn y Queens.
El Super Bowl es todo un acontecimiento deportivo y social en Estados Unidos y suele ir acompañado de reuniones sociales y fiestas, pero el principal epidemiólogo de país, Anthony Fauci, había advertido del peligro de acabar generando «eventos supercontagiadores» en las casas.
Los asistentes a estas fiestas pre-SuperBowl fueron más allá de sus casas, con más de 230 personas reunidas en el interior de un club privado para motoristas en Brooklyn, según la autoridad en Twitter, que reportó violaciones de las normas sanitarias y de emergencia.
De acuerdo con el medio local AmNY, hubo tres detenidos y uno de ellos era el gestor del club, Geradino Luis Abdiel, que supuestamente tenía en su poder una nudillera de metal y un cuchillo, por lo que se le han imputado cargos relacionados con las armas.
Los agentes también dispersaron una fiesta en el mismo distrito con más de 200 personas, de la que salieron detenidos 3 promotores, y otra en Queens con más de 165 personas en la que detuvieron a un empleado, todas ellas operando sin licencia de venta de alcohol.
«Muchos de los asistentes a las fiestas no llevaban mascarillas, no era posible la distancia social y la mayoría estaba bebiendo alcohol», dijo el sheriff Joseph Fucito al canal local NBC.
El estado de Nueva York, que fue epicentro de la pandemia el año pasado, sigue siendo el área de EE UU con más fallecidos por covid-19, tiene en vigor normas que impiden la apertura de los clubes nocturnos y restricciones para los establecimientos que venden alcohol.