El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, subrayó que la emergencia global por la nueva variante ómicron del coronavirus pone en evidencia que la crisis sanitaria mundial «no ha terminado» y la situación «sigue siendo peligrosa y precaria».
«Es un recuerdo más de que aunque algunos piensen que el covid ha terminado, no es así, seguimos viviendo ciclos de pánico y olvido en los que avances conseguidos con gran esfuerzo pueden perderse», señaló Tedros en la inauguración de una asamblea extraordinaria de la OMS para negociar un tratado de preparación ante pandemias.
El experto etíope afirmó que Suráfrica y Botsuana, los primeros países que reportaron casos de la nueva variante, «debería ser agradecidos por ello, no penalizados», en el sentido de que numerosos gobiernos suspendieron los enlaces aéreos con ésos y otros territorios de África austral.
«El sistema actual desincentiva que los países alerten a otros de posibles amenazas», lamentó Tedros a la vista de lo ocurrido con esos países, señalando que «eso demuestra que el mundo necesita un nuevo acuerdo de preparación para pandemias» en el que estas problemáticas cuestiones sean corregidas.
El director general afirmó que todavía no se sabe si la variante ómicron está asociada a una mayor facilidad de contagio o reinfección, a casos más graves o a mayor resistencia a las vacunas, aunque subrayó que «científicos de todo el mundo están trabajando contrarreloj para responder a estas cuestiones».
Añadió que «el mundo no debería necesitar una llamada de atención» como la que generó la variante para seguir alerta en una crisis que «pone a prueba la habilidad del mundo para prevenir y responder a futuras pandemias».
Tedros destacó que la desigualdad en el reparto de vacunas sigue demostrando los errores de gestión en la actual pandemia, en la que «80% de las dosis en el mundo han ido a los países del g20».
«Los países de bajos ingresos, en su mayoría en África, apenas han recibido 0,6% de todas las vacunas», lamentó, advirtiendo que más de un centenar de naciones no han logrado aún el objetivo de inmunizar al menos 40% de su población, algo que la OMS quería lograr en todos los territorios antes de fin de año.
«Entendemos que cada gobierno tiene la responsabilidad de proteger a su gente, es natural, pero la igualdad en el reparto de vacunas no es un acto benéfico, es algo que interesa a todos los países porque ninguno puede salir de esta pandemia solo», aseguró.
«Mientras continúe la desigualdad en las vacunas el virus tendrá oportunidades para extenderse y evolucionar en formas que no podemos predecir o prevenir», advirtió el máximo responsable de la OMS.
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