El comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Chrystos Stylianides, aseguró este martes que la Unión Europea (UE) trabaja para encontrar una solución pacífica a la crisis en Venezuela, pero advirtió que no excluirá «ninguna opción» si la democracia en el país sigue deteriorándose.
«Seguimos comprometidos en apoyar los esfuerzos para impulsar una solución pacífica negociada, pero también somos conscientes de que el tiempo para comprometerse seriamente en tales esfuerzos se está acabando rápido», dijo el comisario ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo.
El comisario, que habló en lugar de la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, añadió que la Unión «está lista para considerar todos los instrumentos para ayudar al país a encontrar una salida a la crisis».
«La UE y sus Estados miembros continúan siguiendo de cerca la situación y ajustaremos nuestro enfoque como dicten las circunstancias, sin excluir ninguna opción en caso de que los principios democráticos se vean más minados», añadió ante el pleno.
Mogherini ya anunció el viernes pasado, tras reunirse con los ministros de Exteriores de los Veintiocho, que los países de la UE podrían comenzar a debatir la introducción de medidas restrictivas selectivas contra Venezuela en los próximos días, pero subrayó que por el momento se centran en la vía política y diplomática.
Stylianides puso hoy también el acento en los esfuerzos de la UE, en colaboración con sus socios de América Latina, Naciones Unidas y la Santa Sede, por lograr una mediación regional creíble y significativa entre el gobierno liderado por Nicolás Maduro y la oposición.
«Es la única manera de aliviar el sufrimiento del pueblo venezolano», dijo el comisario, quien recordó que 130 personas murieron tras las protestas que comenzaron en abril y criticó «las vulneraciones de derechos humanos» en el país.
Para conseguir esta solución la UE ve imprescindible tomar medidas urgentes para rebajar la tensión.
Pide que se fije un calendario electoral claro, que permita la participación de todos los partidos de la oposición y que las futuras elecciones sean libres, justas y transparentes, así como abrir con urgencia los canales humanitarios.
Además, llama al gobierno a liberar a todos los miembros de la oposición que permanecen encarcelados y a «respetar las prerrogativas institucionales de la Asamblea Nacional».
«La asamblea constituyente está de facto sustituyendo al parlamento legítimo», dijo Stylianides, quien reiteró que la UE no reconoce a este órgano establecido en agosto.
En el debate parlamentario, que estuvo copado sobre todo por españoles, los eurodiputados coincidieron en su llamada a encontrar una solución pacífica y negociada, si bien representantes de los grupos popular y socialista instaron a evaluar o adoptar sanciones contra los responsables políticos de la crisis.
«Hay que pasar a la acción, imponer medidas que, sin perjudicar aún más al pueblo venezolano, congelen bienes o impidan el acceso a la UE a los implicados en violaciones de derechos humanos», dijo el eurodiputado del PP Luis de Grandes, quien consideró que «en Venezuela se ha llegado a un punto límite».
Por su parte, el eurodiputado del PSOE Ramón Jaúregui afirmó que su partido «sigue apostando por el diálogo y la negociación», pero reconoció que no excluyen las presiones sobre los responsables de las vulneraciones de derechos.
«Estamos dispuestos a dar ese paso si la presión nos ayuda a conseguir un acuerdo interno que facilite la salida democrática y pacífica a la crisis», agregó.
Ambos, así como otros miembros de sus grupos, pidieron la puesta en libertad de opositores presos y la convocatoria de elecciones.
Por su parte, el eurodiputado de los Verdes Ernest Urtasun consideró que «empezar a hablar de sanciones» no favorecerá el proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición.
Urtasun llamó a la UE a centrarse en facilitar una solución «negociada y pactada».
El eurodiputado de IU José Couso consideró «deplorable el apoyo del Parlamento Europeo y de la UE a una parte de la oposición que utilizó la violencia callejera, que cometió crímenes de odio y alentó un golpe de Estado», e instó a «escuchar» a los ocho millones de venezolanos que votaron por la Asamblea Constituyente impulsada por Maduro.
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