El Parlamento Europeo celebró un debate sobre la diáspora en Venezuela, y los diputados pidieron a la UE ayuda de emergencia para los países de la región a los que llegan venezolanos y, a mediano plazo, una solución política y dialogada a la crisis.
El debate en el pleno de la Eurocámara, organizado tras una misión europarlamentaria a Venezuela y sus vecinos Colombia y Brasil, se convirtió en una condena casi unánime contra el gobierno de Nicolás Maduro, que recibió críticas de populares, socialdemócratas y liberales, grupos que tienen 474 de los 750 escaños del hemiciclo europeo.
El primero en tomar la palabra fue el comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides, quien agradeció al PE que haya “generado mucha visibilidad a la situación de miles de venezolanos que están huyendo de su país”.
La oficina de la ONU para los Refugiados calcula que Colombia alberga a 800.000 personas de la diáspora venezolana y Brasil a otros 50.000 individuos.
“También huyen a Perú, que ha recibido 400.000 venezolanos, a Ecuador y a los países del Caribe”, indicó el eurocomisario, quien recordó que, según datos de Acnur, “desde 2014 hay más de 2 millones de venezolanos que han abandonado el país, de los que más de 60% se encuentra en situación irregular”.
Stylianides subrayó que la crisis venezolana “tiene efectos de desestabilización en la región” que la UE no puede pasar por alto, y pidió una “solución pacífica, democrática y constitucional a la situación política del país”.
El eurocomisario recordó que la UE aprobó en junio un nuevo paquete de ayuda humanitaria dotado con 35 millones de euros para ayudar al pueblo venezolano y a los países vecinos, e hizo un llamado para que se repitan las elecciones presidenciales en las que Nicolás Maduro renovó por un mandato de siete años.
Como presidente de la misión parlamentaria que a finales de junio se desplazó a la frontera colombiana y a Bogotá, el eurodiputado español Agustín Díaz de Mera, del Partido Popular Europeo, reconoció que ese país está haciendo esfuerzos para ayudar a sus vecinos, pero los colombianos no pueden solos.
Díaz de Mera pidió que la UE destine más fondos de emergencia y que se habilite un corredor humanitario, y reclamó el fin de la violación de los derechos humanos y la celebración de elecciones libres en Venezuela.
El portugués Francisco Assis, del grupo Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas y líder de la delegación del PE que se trasladó a la frontera brasileña y a Brasilia, suscribió el análisis político de Díaz de Mera: “La situación en Brasil no tiene la misma dimensión que la de Colombia, pero es una situación también muy grave que requiere mayor apoyo”.
En representación del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, la española Beatriz Becerra describió la diáspora venezolana como “un río de sufrimiento” y consideró que la apertura de un canal humanitario podría salvar cientos de miles de vidas. “El hambre y la miseria son una operación política del régimen de Nicolás Maduro, que quiere un pueblo débil, sin fuerzas para plantarle cara”, señaló.
Becerra pidió a la UE que facilite “que Maduro y el resto de jerarcas del narcorrégimen rindan cuentas ante el Tribunal de la Haya”.
La voz más disonante con el discurso mayoritario fue la del eurodiputado español de la Izquierda Unitaria Europea Javier Couso, quien señaló que la presión parlamentaria persigue la “creación de una alarma humanitaria para que sirva como excusa para una intervención militar”.
Por parte de Los Verdes, la británica Molly Scott Cato lamentó que el debate sobre la crisis migratoria se convirtiera en un ataque político al gobierno.
El socialista español Ramón Jáuregui dijo que “muchos se preguntarán cómo Venezuela ha producido más de 2 millones de emigrantes”, y concluyó que “es la consecuencia de una revolución fracasada”.
Jáuregui pidió al gobierno de España que regularice a los venezolanos emigrados a su territorio y reclamó ayuda a Perú. Llamó a la UE a desempeñar “un papel importante en una mediación internacional para solventar la crisis”.
El pleno del Parlamento Europeo votará mañana una resolución sobre el debate celebrado ayer.